JUAN PABLO II , Elogio del
Papa
***Alvaro Gil Ruiz
***Madrid
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El Papa nos ha mostrado de una
forma clara a todos los hombres, con su enfermedad y ancianidad, su compromiso
con su encargo divino. El Papa de los números --ya que destaca no solo por su
calidad, sino también por su productividad--, no ha dejado de hacer lo que tenía
que hacer hasta donde se lo había propuesto, hasta su muerte. Sin ir a
argumentos religiosos ni metafísicos, sino meramente humanos, la imagen del
Papa, en estos años de enfermedad, ha parecido más la del que no se deja vencer.
La del que se ha esforzado por vivir, dirigir y transmitir sus creencias, a
pesar de las temporales o aparentes derrotas, pero que ha sabido que la
verdadera batalla, la que importa, es la final, que acaba con la muerte. Y la ha
ganado siendo firme en sus creencias.