Puede ser que algún día se
llegue en sólo una hora desde el centro de Asturias hasta Ribadeo, sin miedo a
los camiones lentos ni a las travesías urbanas ni a las rotondas. Este escenario
casi utópico será posible cuando la autovía del Cantábrico esté construida, una
infraestructura cuya única utilidad, por el momento, es servir de argumento para
monótonos enfrentamientos políticos. Sin embargo, mientras las mismas refriegas
se repiten a lo largo de los meses, algunas máquinas siguen trabajando, más o
menos rápido, y los primeros resultados ven la luz.