El Arenesco será el último en
añadirse a la lista de clubes del fútbol asturiano que tienen jugadores foráneos
en sus filas. Y lo hará con un senegalés de 20 años, El Hadji Dieye, Elu, que
lleva más de un mes entrenándose con su compatriota Abdul Ndiaye, de 23. Viven
con otros emigrantes en Gijón y el autocar es el medio que utilizan para
desplazarse hasta San Juan de la Arena.
Son dos de los muchos
subsaharianos que huyen de su país en busca del sueño europeo. Pero son dos de
los pocos que planificaron su salto al viejo continente lejos del mortal
embarque en una patera, del salto de vallas erizadas de pinchos y del sorteo de
todo tipo de obstáculos para llegar. Elu cuenta que es de Dakar, que su familia
no es rica, «pero tiene medios para vivir con cierto desahogo», y que su pasión
por el fútbol le llevó a coger sus ahorros y volar hacia Europa: «Soy un poco
aventurero y quise salir de mi país a probar fortuna».
Allí jugaba al fútbol, «pero no
es muy profesional salvo en la primera categoría. En Europa es diferente,
tenemos amigos que salieron antes que nosotros y que están jugando en equipos
franceses».
Abdul llegó en enero pasado y
Elu lleva más de un año en Asturias ganándose la vida como puede, «vendiendo
artículos por los mercados ambulantes». Viven en Gijón compartiendo espacio y
obligaciones con amigos, la mayoría también senegaleses.
El Arenesco será su primer
equipo, pero no la única tentativa de Elu. El año pasado llegó a entrenarse tres
días con el Marino, con el que incluso disputó un partido amistoso en Podes:
«Jugué mis primeros 45 minutos. Estaba un poco perdido y la prueba no duró
muchos días».
Llegó a Miramar de la mano del
marfileño Keita, cuando este intentaba arreglar sus papeles para formar parte de
la plantilla dirigida por José Luis Quirós, lo que tampoco logró. Para Abdul,
«el Arenesco es el primer equipo en el que pruebo».
Elu también ha vivido en Oviedo
y allí ya intentó jugar, pero sin éxito. Pino, el entrenador del Rayo Carbayín,
equipo de la segunda regional, estaba muy interesado, pero no pudo tramitar la
ficha por carecer del permiso de residencia. «Estuve meses sin hacer nada de
deporte, hasta que surgió lo del Arenesco hace unas semanas».
La casualidad les llevó hasta
el campo El Pico, en San Juan de la Arena: «Venimos mucho por esta zona, a los
mercadillos. La gente es amable y le gusta comprar nuestros productos. El dueño
de una cafetería me animó a probar en el Arenesco al verme leer el Marca»,
recuerda Elu sobre su intento por enrolarse en el fútbol asturiano, como han
hecho otros compatriotas suyos.
El entrenador del equipo
marinero, Nica, necesita jugadores para una plantilla limitada y afirma que «Elu
tiene buen nivel, es zurdo, rápido y habilidoso y sería un buen refuerzo. Abdul
es un delantero muy batallador, aunque más limitado técnicamente».
Ellos, como tantos senegaleses,
se pasaban desde niños muchas horas jugando al fútbol en las calles de Dakar, y
su gran ilusión es «vivir de este deporte, aunque no es fácil, porque hay mucha
competencia. En mi país casi todos los niños quieren ser futbolistas».
Antes en Senegal, y ahora en
España, siguen el fútbol profesional al detalle y disfrutan con las gestas de su
gran ídolo, el también senegalés El Hadji Diouff, que «es el mejor jugador
africano, aunque ahora Eto'o está muy fuerte. En África hay muy buenos
futbolistas, ¿se acuerdan de Roger Milla?», preguntan orgullosos de su raza,
aunque se les borra su sonrisa cuando piensan en las imágenes de otros
emigrantes con peor suerte que la suya. «Es muy triste que mueran personas por
buscar la libertad; el mundo es injusto».
Casi trescientos
Elu y Abdul no son los únicos,
ni serán los últimos. Los datos facilitados por la federación territorial cifran
en 288 las licencias de jugadores extranjeros, repartidos en 98 clubes
federados, y que participan en todas las categorías, desde el fútbol campo al
fútbol- sala.
Oviedo, con 25 equipos; Gijón,
con 22, y Avilés, con 14, son las ciudades con más futbolistas foráneos. 21 del
total de licencias son de adultos, de jugadores que participan en equipos de
preferente, primera y segunda, mientras que el resto se reparte por el fútbol
base, la gran mayoría en las terceras categorías alevín e infantil.
Fuente de información:
ElComercioDigital