El carbón ha ganado este año
protagonismo en la producción eléctrica española, como ocurre cada vez que la
falta de lluvias recorta de manera sustancial el funcionamiento de las
instalaciones hidroeléctricas, que hasta el pasado mes de junio había sido un 38
por ciento inferior al del primer semestre de 2004. Térmicas como las cuatro
grandes asturianas han tenido, en ese escenario, una intensa producción y altos
rendimientos. Pero esa actividad ha pasado también una factura nueva, la de
Kioto: centrales de la región como las dos que tiene Hidrocantábrico (Aboño y
Soto de Ribera) superaron la previsión de gasto de los derechos gratuitos de
emisión de CO2 (dióxido de carbono) que tienen asignados.
El actual es el primer año de
aplicación de las medidas que en España y en el resto de la Unión Europea se han
puesto en marcha para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero,
responsables del cambio climático. En una primera fase (2005-2007), a la que
seguirá desde 2008 otra más restrictiva, instalaciones industriales como las
eléctricas tienen concedidos unos derechos de emisión máximos y, en el supuesto
de que los superen, las empresas se verán obligadas a comprar más, algo que
deberán encarar todas las propietarias de térmicas de carbón porque las
asignaciones realizadas por el Ministerio de Medio Ambiente no alcanzan para
cubrir, sin gastos extraordinarios, toda la actividad prevista. Es la situación
en la que están ya al menos las centrales de Aboño y Soto de Ribera.
Sobre cómo están las cuentas de
las térmicas de Soto de la Barca (Unión Fenosa) y Lada (Iberdrola) no ha
trascendido información en detalle, si bien en medios del sector eléctrico se
considera que, muy probablemente, también esos equipos hayan sobrepasado a estas
alturas sus derechos de emisión. Según datos divulgados por Energías de Portugal
(EDP), propietaria de Hidrocantábrico (HC), las centrales de Aboño y Ribera de
Arriba ya tienen sobrecostes asociados a Kioto. Durante el primer semestre de
este año, el funcionamiento de ambas instalaciones sumó la generación de seis
millones de toneladas de CO2. Con ese resultado, el consumo de derechos
gratuitos de emisión excedió en 300.000 toneladas el gasto previsto de esas
licencias. Para el conjunto del período 2005-2007, HC tiene asignados derechos
para 34,7 millones de toneladas de dióxido de carbono, cantidad en la que están
comprendidos los correspondientes a sus dos térmicas de carbón asturianas y al
ciclo combinado (central de gas) que el grupo tiene en Castejón (Navarra).
Hidrocantábrico ya ha
realizado, además, una estimación del gasto que supondrá compensar el exceso de
emisiones con la adquisición de más derechos conforme a las reglas que ha fijado
la UE para el llamado «comercio de CO2». De acuerdo con las mismas informaciones
del accionista luso, HC ha realizado una provisión de fondos para cubrir esa
contingencia que alcanza los 8,5 millones de euros, algo más de 1.400 millones
de pesetas.
Ese primer balance provisional
de Hidrocantábrico sobre las exigencias de Kioto guarda relación, de forma
singular, con el incremento de la producción en Soto de Ribera, de un 30,9 por
ciento respecto al primer semestre de 2004. Aunque también intensa, la actividad
de Aboño fue ligeramente inferior a la registrada entre enero y junio del pasado
año, presumiblemente debido a la menor utilización de uno de los dos grupos
generadores que forman el complejo gijonés, que estuvo algún tiempo parado por
reparaciones. En general, la producción eléctrica de Hidrocantábrico creció un
7,1 por ciento interanual hasta junio.
Fuente de información: lne