El investigador asturiano Mario
Fernández Fraga es el responsable de un estudio en el que, por primera vez, se
da una respuesta científica a las diferencias físicas entre hermanos gemelos. El
planteamiento inicial del equipo de investigadores que encabeza este bioquímico
del Centro nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) era el de buscarle una
explicación al hecho de que, a pesar de ser genéticamente iguales, no lo sean
físicamente y puedan desarrollar enfermedades diferentes.
Durante dos años, el grupo de
expertos ha realizado pruebas a un centenar de gemelos monozigóticos procedentes
de toda España, Suecia y del Reino Unido, de los que 22 eran asturianos. Sus
investigaciones les han llevado a concluir que las diferencias físicas en los
gemelos, que se acentúan con el paso del tiempo, están motivadas en su mayoría
por efectos ambientales de baja intensidad. Estos factores se refieren
principalmente a la alimentación, ejercicio físico y el consumo de alcohol o
tabaco, y es en la diferencia de hábitos de cada miembro de la pareja gemelar
donde radica la pérdida progresiva del parecido físico y las diferencias
epigenéticas, referidas a las modificaciones de los genes.
Fernández Fraga, que ayer se
encontraba en Atenas para asistir a un congreso, reconocía sentirse un tanto
sorprendido por la repercusión que su hallazgo ha tenido en la comunidad médica
y en los medios de comunicación. Precisamente, los resultados de su estudio se
publican hoy en la prestigiosa revista norteamericana Proceedings of the
National Academy of Science USA (PNAS), que ha difundido trabajos, entre otros,
del matemático John Forbes Nash, quien llegó a ser merecedor de un Nobel y cuya
vida fue llevada a la pantalla grande en la película Una mente maravillosa .
Por esta investigación se han
interesado diarios como el Washington Post o el New York Times. "A los
americanos les interesa mucho el tema de los gemelos y la verdad es que nos
están llamando de todas partes", señalaba el bioquímico, quien apuntaba como
ejemplo el caso de unos hermanos de Polar de Siero de 70 años de edad que
presentaban grandes diferencias entre sí. "Existen casos donde uno tiene cáncer
y el otro está completamente sano".
Fuente de información:
LaVozdeAsturias