En el oriente de Asturias, entre la Cordillera Cantábrica y la sierra litoral
del Cuera, se intercala el coloso calcáreo de los Picos de Europa, donde
la geología, la historia y la religión se confunden para crear un enclave
único e incomparable. Su formación tuvo lugar en la Era Terciaria, hace
aproximadamente 25 millones de años, como consecuencia de la Orogenia Alpina.
Potentes movimientos tectónicos levantaron y plegaron drásticamente un
espeso bloque de sedimentos carboníferos dando lugar a un inmenso
macizo compacto de caliza de montaña. Los fenómenos cársticos y la erosión
fluvial y glaciar se encargaron después de modelar el abrupto y
espectacular paisaje de los Picos, con sus característicos jous, depresiones de
origen cárstico ahondadas por los hielos, y llambrias, superficies casi
verticales de roca pulida por la acción de los glaciares a lo largo del
Cuaternario. Además, la acción del agua disolviendo las rocas calizas se ha
traducido en la formación de un complejo sistema de galerías subterráneas
y simas que recorren las entrañas del macizo y constituyen todo un mundo, en
gran parte, aún por descubrir.
Los Picos de Europa están divididos en tres grandes bloques por impetuosos
torrentes que han excavado profundísimas gargantas, a cada cual más
impresionante. El río Sella, por el oeste, y el Deva, por el este, ponen límite
al conjunto, mientras que el río Duje ( entre el macizo oriental y el central) y
el Cares ( entre el central y el occidental) atraviesan los Picos de norte a sur.
La famosísima garganta del Cares discurre a 400-600 m de altitud flanqueada por
cumbres que, en muchos casos, superan los 2500 m, lo que nos da una idea de su
grandiosidad.
El Macizo Occidental o del Cornión es el más extenso de los tres. Las máximas
alturas las alcanza en las "Peñas Santas": Peña Santa de Castilla(2596 m) y Peña
Santa de Enol ó Torre de Santa María (2486 m) e incluye extensas áreas de pastos
y bosques. El Macizo Central o de los Urrieles esconde en su seno las mayores
alturas y las máximas profundidades. Cumbres como Torre Cerredo (2648 m) o el
míticu Picu Urriellu(2520 m),más conocido fuera de Asturias como Naranjo de
Bulnes, se levantan al lado de simas como la del Sistema del Trave que, con sus
1425 m de desarrollo vertical, es la tercera más profunda de cuantas se conocen
en el mundo. Por último, el Macizo Oriental o de Ándara es el más pequeño de los
tres y pertenece mayoritariamente a Cantabria. Su cumbre más elevada es la Morra
de Lechugales (2444 m).
Además, en este capítulo incluimos también el sector más oriental de la
Codillera Cantábrica en suelo asturiano, representado por los montes de Ponga.
La mayor variabilidad de las rocas del sustrato (con cuarcitas y calizas sobre
todo ) conforma un paisaje totalmente diferente al de los Picos, dominado por
masas boscosas (entre las que destaca el hayedo de Peloño), verdes valles y
apacibles majadas en medio de un relieve montañoso y salvaje.
El fuerte gradiente altitudinal existente en esta zona se traduce en
variaciones climatológicas muy importantes que se evidencian también en la
vegetación y, por ende, en la fauna. En los niveles más bajos se desarrollan
bosques mixtos que dan paso, a mayor altitud, a los hayedos. Estas masas
forestales son el refugio de una fauna muy interesante entre la que destaca el
urogallo, cada día más escaso, y numerosas especies de mustélidos. Por encima,
entramos en el dominio de los enebros rastreros y la gayuba, que crecen e un
paisaje de rocas y pastizales. El último nivel es el reino de la deslumbrante
caliza de los Picos. Sólo algunos musgos y líquenes consiguen arraigar en
la roca y son muy pocos los pastos que prosperan. Es, sin embargo, el ambiente
característico de la criatura más representativa de estas montañas: el rebeco.
En cuanto al aprovechamiento humano, la ganadería ha sido la actividad más
importante y extendida. Como es habitual en toda la montaña asturiana, reses y
pastores hacen un uso cíclico de los pastos de altura (donde se instalan la
majadas) y de los pastos próximos al pueblo ( donde se construyen invernales
para el ganado). La economía de estas familias se basa además en la producción
de los famosos quesos artesanales e la zona que, tras un largo periodo de
maduración, son vendidos en los mercados semanales y en las ferias de las
principales poblaciones de la comarca. Muchos pastores son, además, magníficos
artesanos que elaboran piezas de madera y cuero que pueden constituir estupendos
recuerdos de nuestra visita.
Por otro lado, desde la segunda mitad del siglo pasado ha ido en aumento la
práctica del montañismo, especialmente en los Picos. Espeluznantes relatos,
felices unas veces y trágicos otras, viven en cada una de las desafiantes
paredes de roca aunque un episodio destaca por encima de todos: la conquista de
la cima del Urriellu por Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa, y Gregorio Pérez
El Cainejo, el 4 de agosto de 1904. El primero de ellos fue un personaje
decisivo para la declaración en el año 1918 del primer Parque Nacional español
en la Montaña de Covadonga ( que se extendía por gran parte del Macizo
Occidental). Recientemente, en 1994, se producía la lógica y esperada ampliación
del Parque al conjunto de los tres macizos, constituyéndose el Parque Nacional
de los Picos de Europa, uno de los principales espacios naturales del
continente en el que el hombre debería renunciar a su afán por dominar la
naturaleza y, en cambio, esmerarse por conservar su atrayente carácter salvaje y
exigente con el hombre.
Numerosos son los pueblos que merece la pena conocer.
Cangas de Onís fue la
primera capital del Reino de Asturias al inicio de la Reconquista y ahora es el
punto de partida fundamental tanto para quien se dirija a los Picos como a los
montes de Ponga. Es muy famoso su "Puente Romano" (medieval en realidad), de
cuyo arco central cuelga una reproducción de la Cruz de la Victoria, símbolo de
todos los asturianos y que, según la tradición, guarda en su interior la cruz de
madera que esgrimió Pelayo en la batalla de Covadonga. La pequeña ermita de la
Santa Cruz( construida en el siglo V pero sometida a sucesivas reedificaciones),
que esconde un dolmen en sus entrañas, y el centro de recepción del Parque
Nacional son otros puntos de visita obligados.
Cerca de Cangas se encuentran
la Cueva del Buxu, con sus excepcionales
pinturas rupestres, y el Real Sitio de Covadonga, en las puertas del Parque
Nacional, lugar de peregrinaje de miles de fieles de dentro y fuera de la región
y uno de los lugares emblemáticos del Principado. Otros pueblos como Panes y
Arenas de Cabrales son muy conocidos por su estupendo ambiente montañero y
porque son la puerta de entrada para muchas excursiones por los Picos, sobre
todo para la ruta del Cares y el Macizo Central.
Rutas
- De Sotres a Poncebos
pasando por Bulnes.
- Orandi: el secreto del río
Deva.
- Los Lagos de Covadonga.
- A la Vega de Ario desde el
lago La Ercina.
- La Olla San Vicente.
- De Ventaniella a la majada
del Arcenorio.
Información: Luis Frechilla
García