REM ofreció ayer en Gijón gotas
de buena música como única alternativa al mal tiempo. Los aficionados de toda la
península no lo dudaron y decidieron acudir al concierto a pesar de todo para
comprobar que, 25 años después, el grupo abonado a casi todos los recopilatorios
sobre las dos últimas décadas del siglo XX sigue en forma. Las Mestas presentaba
un aspecto óptimo para la ocasión y las más de 16.000 personas que se acercaron
a escuchar a los de Georgia pasaron página sobre aquella de menos contenido que
rubricó Paul McCartney hace un año.
Los músicos de Fábula animaron
la espera desde las 21.30, con 45 minutos de música. Las estrellas no se
hicieron esperar y salieron a escena a las 22.35. Ataviado con su habitual traje
oscuro, corbata amarilla y pintura en la cara a modo de antifaz, Michael Stipe
devolvió el saludo al público. Después, al final de su actuación, cambió ese
atuendo por la camiseta del Sporting que le habían regalado para acometer los
bises.
I took your name abrió el
recital y el público comenzó a aplaudir y a disparar sus cámaras. Sin tiempo
para comentarios, el grupo atacó uno de sus hits , WhatIs the frequency, Kenneth?
. "Gracias. Buenas noches, Gijón", dijo al finalizar.
Stipe manifestó: "Ha sido un
placer para nosotros comenzar esta gira en España". A pesar del mal tiempo de
todo el día, la lluvia sólo hizo una aparición débil bien entrado el concierto.
Fue con la canción Lift . " Cómo estais? Estais húmedos? Por nosotros?, Por la
lluvia? Es Gijón", espetó Stipe encogiéndose de hombros. Los continuos cambios
de instrumento de varios de los artistas propiciaron la utilización de buena
parte de las 45 guitarras dispuestas en el backline .
No faltó Leaving New York ,
particular homenaje a la ciudad de los rascacielos --"nuestra lejana ciudad
natal"-- compuesto tras el 11-S y convertido en uno de los himnos de su último
disco, Around the Sun . Con todo, la nostalgia por los muertos no evita las
críticas al gobierno Bush. El momento mágico fue, no obstante, Losing my
religion . El clásico por excelencia de la banda elevó la temperatura en una
noche fría.
Para finalizar, otra de las
perlas de su discografía, Man on the Moon , publicada en 1992 y reimpulsada
siete años más tarde por el biopic sobre el cómico Andy Kaufman del mismo
título, protagonizado por Jim Carrey. El público sabía que es el tema preferido
de REM para cerrar sus directos y se volcó coreando la letra, en la medida de lo
posible.
El grupo prefirió esta vez no
utilizar su avión privado y recorrió en autocar los 560 kilómetros entre Gijón y
Zaragoza, localidad en la que se detuvieron el sábado, en el concierto más frío
de su minigira. Dos autobuses aparcaron en el Molino Viejo a las 7.50 horas. De
uno de ellos se bajaban Peter Buck y Mike Mills, que se dirigieron a pie hasta
la entrada del parador. El escuálido líder del grupo, Michael Stipe, salió de la
puerta del otro al pie de las escaleras. A esta temprana hora llegó la única
petición en todo el día: una cerveza y embutidos ibéricos.
DIA TRANQUILO
Buck y Mills fueron asaltados a
su llegada por el madrugador coleccionista de autógrafos Ander Azcárate, que
tendría que esperar casi 11 horas más para lograr el del vocalista de la banda.
La mañana trajo orbayu y, menos Buck, que se dio un paseo de media hora por las
inmediaciones del Molino Viejo, todos optaron por quedarse en el hotel y
descansar. Evitaron, además, la coincidencia con las primeras comuniones que
empiezan a ocupar los restaurantes en domingo. La lluvia ahuyentó también a los
fans, que no comenzaron a llegar a la entrada del parador ni a la cola de Las
Mestas hasta la tarde. A las 18.45 horas, Stipe se dejó ver por la terraza
cubierta del hotel hojeando lo publicado sobre el concierto de Gijón. Después de
pagar fue asaltado por Ander y Gary, un fan de REM desplazado desde Bilbao que
fue además el autor de la deseada fotografía. Cuatro chicas asturianas que
intentaron acercarse al cantante no tuvieron tanta suerte y fueron invitadas a
volver a la calle.
A las 19.00, Stipe salía del
parador con el resto de la banda y saludaba a una veintena de aficionados ante a
la puerta. Bajo sus gafas de sol, sonreía, pareciendo sorprendido por tanto
revuelo. El grupo emprendió viaje a Avilés, donde tenían mesa reservada media
hora después. Ayer hicieron noche en Asturias y hoy la abandonarán a mediodía
poniendo así fin a la gira estatal, algo que, según dicen, les da mucha pena.
Fuente de información:
LaVozdeAsturias