Alonso, nuevo abandono en Bélgica - Asturias, informacion, turismo, Asturias Natural

El alemán Michael Schumacher (Ferrari) se ha asegurado matemáticamente su séptimo título mundial de Fórmula Uno al acabar en segunda posición el Gran Premio de Bélgica, la décimo cuarta carrera del campeonato, que ha ganado el finlandés Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes). El español Fernando Alonso (Renault), que había salido desde la tercera posición y ha llegado a ser líder provisional, se ha retirado en la duodécima vuelta de la prueba.

Schumacher ha cruzado la meta a tres segundos de Raikkonen, que se ha adjudicado la primera victoria de la temporada, en una prueba en la que el brasileño Rubens Barrichello (Ferrari) también ha subido al podio, al acabar tercero. Otro brasileño, Ricardo Zonta (Sauber) ha sido cuarto, por delante de su compañero italiano Giancarlo Fisichella, mientras que el austriaco Christian Klien (Jaguar) ha sido sexto.

También han entrado en los puntos el escocés David Coulthard (McLaren Mercedes) y el francés Olivier Panis (Toyota), que han finalizado la prueba en séptimo y octavo lugar, respectivamente.

El invencible

Schumacher -que ha ganado 12 de las 14 carreras disputadas- suma, con el segundo puesto de hoy, un total de 128 puntos, 40 más que su compañero Barrichello, por lo que se ha asegurado su séptimo título mundial, el quinto consecutivo con Ferrari (los dos primeros los logró en 1994 y 1995 con Benetton).

Schumacher se corona por séptima vez

Ferrari no pudo festejar el séptimo título de Michael Schumacher y su 700 gran premio con una victoria, tal como hubiese querido. Seguro que hubiera cambiado el triunfo aplastante de Hungría por uno en Bélgica, pero no pudo ser. El honor, tras una accidentada carrera con tres salidas del coche de seguridad, fue a parar a Kimi Raikkonen, que de esta forma lograba su segunda victoria en la F-1, tras la conseguida en Malasia el año pasado.

La supremacía de los Ferrari desapareció como por arte de magia en Spa. De hecho, sólo algunos sucesos y los problemas sufridos por ambos Renault lograron llevar a los dos pilotos de la escudería italiana al podio.

Michael Schumacher logró su séptimo título, el quinto consecutivo, pero con una actuación más gris que de costumbre, en una carrera muy emocionante y llena de cambios de posiciones, donde los dos Sauber lograron puntuar, con Massa, en cuarta posición, seguido de Fisichella. Por otra parte, ninguno de los dos BAR ni de los dos Renault alcanzó la meta. Las dos escuderías mantienen su lucha por el segundo puesto entre los constructores, separados por ocho puntos a favor del equipo de Alonso.

El Gran Premio de Bélgica que se vivió en el circuito de Spa-Francorchamps fue uno de los más emocionantes de los últimos tiempos. Schumacher (Ferrari) consiguió su séptima corona mundial, pero no lo hizo como ansiaba, con una victoria, sino con la segunda posición. El primer puesto quedó reservado para Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes), que se hizo así con su segundo triunfo en el "circo" de la F-1. Para completar el podio, Rubens Barrichello (Ferrari), que ocupó la tercera posición.

El asturiano Fernando Alonso (Renault) tuvo que abandonar cuando era líder de la carrera, por una pérdida de aceite de su motor y tras hacer dos trompos que le dejaron definitivamente a un lado de la pista.

Una carrera emocionante

Nada menos que tres veces tuvo que salir el coche de seguridad a la pista para reagrupar a los pilotos tras los accidentes sufridos. El primero de ellos ocurrió en la salida. Trulli conservó su primera posición, mientras que Fernando, que salía tercero, superó a Schumacher para situarse segundo. Pero a Michael también le adelantó Coulthard, quedando finalmente en cuarta posición.

Por detrás, y en la primera curva, un incidente entre Webber y Barrichello provocaba la pérdida del alerón delantero del segundo, teniendo los dos pilotos que ir a boxes. Pero un poco más adelante, en la famosa curva del 'Raidillon', arriba de 'Eau Rouge', ocurrió otro accidente en el que se vieron implicados tres pilotos más que tuvieron que dejar definitivamente la carrera.

Sato explicó muy bien lo sucedido. «Cuando subía la cuesta vi a Webber que rodaba más lento en medio de la pista, sin su alerón delantero. Frené y me fui a la parte derecha. Montoya me pasó a mi también por el mismo lado, al mismo tiempo que yo intentaba esquivar al Jaguar. Me vi entonces metido entre los dos coches. Después no se qué pasó, porque Webber me golpeó», comentó el japonés, protagonista del mayor accidente del día, junto a Webber. Bruni, que se salió para evitar el incidente, también se quedó cruzado, recibiendo el impacto de Pantano. No había transcurrido ni una vuelta, y cuatro pilotos ya habían dicho adiós. Esto provocó que el coche de seguridad saliera a la pista, manteniéndose en ésta cuatro vueltas.

Espectacular Montoya

Raikkonen, que se encontraba pilotando un McLaren-Mercedes muy competitivo, logró superar a Schumacher y se situó cuarto, mientras que Montoya hizo también lo mismo con Michael en la difícil 'chicane' del 'Bus Stop'. De nuevo el colombiano pudo con Michael Schumacher, que estaba desconocido, aunque al final en el podio estaba el alemán una vez más y Montoya no pudo acabar la carrera.

Era el día del finlandés que superó también a su compañero de equipo Coulthard para situarse tercero por detrás de Trulli y Alonso. El ovetense marcó la primera vuelta rápida de carrera (vuelta 5) con un tiempo de 1:46.643, pero inmediatamente le tomó la palabra Raikkonen, que hizo lo mismo en el siguiente giro. La mala suerte se cebó con Fernando, que abandonó cuando era líder tras once vueltas, después de que Trulli entrara en boxes a repostar.

Alonso dejó así a Raikkonen en cabeza de carrera, mientras que Coulthard, que era tercero, pinchó su neumático trasero derecho y tuvo que ir a boxes, por lo que Montoya se colocó segundo tras Raikkonen y por delante de Michael. Le tocó el turno de la parada a Raikkonen, que dejó a Montoya líder. Una vez que todos los pilotos de cabeza habían cambiado neumáticos y repostado, Raikkonen se encontraba en primera posición seguido por Button. El británico ya había entrado en boxes en la primera vuelta y, por tanto, todavía le quedaban dos paradas más.

Trulli, el piloto que lideraba la carrera al principio y que tomó la salida desde la 'pole', tenía problemas de falta de adherencia en el tren trasero, y eso provocó que fuera perdiendo posiciones. Michael le superó y se situó tercero, y Montoya hizo lo propio poco después. Pero el colombiano hizo una de las suyas y, al querer superarle en el 'Bus Stop', tocó al italiano, y éste hizo un trompo que le relegó a la octava posición.

Reventón del BAR

Pero la calma no iba a ser la reina de este complicado gran premio. Y el reventón de un neumático trasero del BAR-Honda de Button, que se llevó por delante al Minardi de Baumgartner, provocó que el coche de seguridad saliera de nuevo a la pista. Los pilotos aprovecharon para realizar su segunda parada en boxes. Montoya había logrado llegar hasta posiciones de podio cuando un pinchazo provocó que se dirigiera lentamente hasta su box donde finalmente abandonó.

Por tercera vez el coche de seguridad tuvo que salir al circuito de Spa cuando los monoplazas de Coulthard y Klien chocaron tras el adelantamiento que quería realizar el de McLaren al piloto de Jaguar. Coulthard pudo ir hasta boxes, reparar su vehículo y continuar, y Klien siguió en pista sin problemas. Sólo quedaban 10 pilotos en pista y Zonta rompió su motor cuando estaba clasificado en cuarto lugar.

Raikkonen, que se estaba mostrando insuperable, marcó dos vueltas rápidas antes del final (vuelta 42), la vuelta rápida de carrera (1:45.108), y de esa forma no permitió que Schumacher celebrara su séptimo título ni con victoria, ni con vuelta rápida. Y Trulli ya había dejado al alemán sin 'pole' el día anterior.

Fernando Alonso: «La carrera pudo ser mía»

El piloto asturiano lamenta la nueva oportunidad perdida porque «mi Renault era en esta ocasión muy competitivo» «Pensé que se trataba de un problema de neumáticos, pero he visto un reguero de aceite que salía como un grifo»

Fernando Alonso no pudo completar el buen fin de semana que había iniciado con la tercera posición en la parrilla de salida. El sábado dejó claro que quería ganar esta carrera o, al menos, volver a la rueda de prensa como integrante del podio, como hiciera en el año 2000 cuando corría en la Fórmula-3000 y como había hecho en las dos últimas pruebas de la Fórmula-1. Pero, desgraciadamente, se vio obligado a abandonar por una pérdida de aceite cuando lideraba la carrera en la vuelta once, una antes de entrar en boxes a repostar y cambiar neumáticos.

Las vueltas realizadas detrás del coche de seguridad, que salió tras el múltiple accidente ocurrido en la primera vuelta, le permitieron ahorrar el suficiente combustible para retrasar su parada. El piloto asturiano hizo, una vez más, una magnífica salida, como de costumbre, y se hizo con la segunda posición detrás de Jarno Trulli y delante de Michael Schumacher, repitiéndose la situación de Mónaco, donde los dos Renault lideraban la carrera, con el italiano en cabeza tras salir también desde la "pole position".

-¿Cómo pudo superar con tanta claridad al Ferrari de Michael Schumacher antes de llegar a la primera curva?

-Salí realmente muy bien, detrás de Jarno Trulli. Nos quitamos de en medio a Michael y a partir de ahí comenzamos una carrera que se presentaba, a priori, bastante buena. Mi Renault era más rápido que el mi compañero de escudería, pero no tuve en esos momentos ninguna oportunidad de adelantarle ya que, al ir demasiado cerca de él, perdía carga aerodinámica y era bastante peligroso. Por eso, opté por esperar a que llegaran las paradas en boxes para intentar adelantarle. Cuando finalmente Jarno se detuvo, comencé a rodar mucho más rápido y estoy seguro de que le iba a adelantar.

-¿Era posible la victoria dada la supremacía mostrada por el alemán durante todo el campeonato?

-Sí, porque hoy -por ayer- Michael, sin que sirva de precedente, no parecía que iba muy rápido y quizás la carrera de Bélgica podía ser mía. Jarno Trulli iba muy lento y al final me la hubiese tenido que jugar con Kimi Raikkonen. Hubiera estado igualado, aunque en carrera no se cómo iba de rápido el finlandés con respecto a mí. Mi monoplaza iba muy bien y, en lo poco que he ido sin Jarno delante, me he dado cuenta de que en esta ocasión tenía un coche muy competitivo.

-¿Qué ha pasado en su doble salida de pista?

-Cuando, tras las dos salidas, me paré, lo primero en que pensé fue en un problema de neumáticos, una situación muy similar a la que sufrí en el Gran Premio de Estados Unidos, pero rápidamente he visto un reguero de aceite que salía del coche como un grifo e iba hacia la rueda de atrás. Había caído en la rueda y eso me ha hecho hacer el trompo. No conozco la causa exacta del problema, pero creo que era el inicio de una rotura de motor.

-Una nueva oportunidad que se le escapa de las manos...

-Ya tuvimos una en Canadá, donde el coche era el más rápido de todos en la pista y, sin embargo, se le rompió un palier que nos hizo abandonar. Y ahora también aquí, donde teníamos opciones de victoria. Dos oportunidades perdidas por dos inoportunos problemas. Yo sigo en esta línea, estando siempre en posiciones de podio, y estoy tranquilo y satisfecho de mi trabajo, que creo que está bien hecho de todas maneras, sea cual sea el resultado final.

-¿Cómo se va de este circuito de Spa-Francorchamps?

-Hice un viernes muy sólido, una calificación buena con esa tercera plaza final, una salida también correcta, sin errores, que me ha permitido adelantar al alemán de Ferrari, he liderado la carrera y me voy con la sensación de que podía haber ganado o, al menos, hacer segundo.

-¿Y ahora?

-Rodaremos tres días en Italia para preparar el próximo gran premio que se disputará en el circuito de Monza, donde tendremos algunas pequeñas mejoras en el motor del Renault, de tres o cuatro caballos. Pero, en cuanto a tiempo por vuelta, la mejora será inapreciable. A ver si aprovechamos estos días de pruebas para mejorar un poco más.

El insaciable Schumi

El cargado palmarés del alemán Michael Schumacher refleja el carácter de un piloto que, pese a sus 35 años, no se rinde jamás y que va siempre a por todas

El alemán Michael Schumacher se ha proclamado por séptima vez campeón del mundo de Fórmula-1 -un récord que difícilmente será batido-, coronándose como el piloto más laureado de la historia del automovilismo. Ya fue el campeón del mundo más joven que ha tenido la F-1, ya que superó por solo 16 días al brasileño Emerson Fittipaldi, que logró su primer título en 1972, con 25 años, 10 meses y 26 días.

El piloto de Ferrari ha superado ya muchas marcas y solamente el récord de las "poles" se le resiste -cuenta con 62 frente a las 65 de Senna-. Mayor número de victorias (82), vueltas rápidas (65), 1.158 puntos, 102 veces saliendo desde la primera fila de la parrilla y 134 podios. Éstas son las cifras impresionantes de un hombre que tiene hambre de victoria y que espera seguir compitiendo mucho tiempo.

De momento tiene contrato con Ferrari hasta finales del año 2006. Una de las características de Schumacher es que no se rinde nunca y va siempre a por todas. Y eso desde el inicio de su carrera deportiva. El alemán no ha escatimado esfuerzos para hacerse con el título. Cuando disponía de un coche no tan competitivo como los demás, como fue el caso del Benetton, no dudó en emplear cualquier artimaña para lograr su objetivo. Su primer título mundial, en 1994, lo logró tras eliminar en una colisión al británico Damon Hill en Australia, y en 1997 intentó hacer lo mismo con el canadiense Jacques Villeneuve en Jerez, aunque no le salió bien.

Iniciado en el mundo del kart, su padre tenía una pista en Kerpen, no lejos del circuito de Nürburgring. Fue campeón alemán y europeo en 1986, pasando después a la Fórmula Ford y la F-3, en la que logró el título nacional en 1990.

El gran salto

Miembro del equipo júnior de Mercedes en el Campeonato del Mundo de sport-prototipos en 1990 y 1991, la casa alemana le facilitó el paso siguiente, al llegar a un acuerdo con Eddie Jordan para que corriera el Gran Premio de Bélgica de 1991 al volante de un Jordan 191 Ford. Flavio Briatore captó rápidamente la valía del alemán y se lo arrebató a Jordan, corriendo desde la carrera siguiente, en Italia, para Benetton en compañía de Nelson Piquet, eclipsando rápidamente al tri-campeón brasileño.

En 1992, en su primera temporada completa en la F-1, logró su primera victoria -justo un año después de haber debutado- al imponerse en el Gran Premio de Bélgica. Entonces se convirtió en el tercer piloto más joven que lo hacía, tras el neozelandés Bruce McLaren y el belga Jacky Ickx.

Su primer título lo consiguió de forma agresiva al colisionar con Damon Hill en Australia. Después de perder el control del coche, tocar en un muro, cuando su abandono era inevitable, se incorporó a la pista, cerró al británico en una curva y colisionó contra él, con lo que ambos quedaron eliminados. Pero se llevó el campeonato.

Al año siguiente volvía a ser campeón del mundo, pero sus accidentes con Damon Hill en las pruebas de Gran Bretaña e Italia, sus toques en Bélgica y Europa, así como sus intercambios verbales y de golpes con Ayrton Senna en unos entrenamientos en Alemania, confirmaron que Michael Schumacher iba a ser un hueso duro en la F-1.

Después de sus dos títulos con Benetton llegó a Ferrari con el objetivo de reverdecer los laureles de la escudería italiana, que no lograba el mundial de pilotos desde 1979 con el surafricano Jody Scheckter. Para esta complicada tarea se llevó de Benetton a los 'cerebros' del equipo, Ross Brawn y Rory Byrne, que hoy en día siguen con él.

La tarea no fue fácil, aunque, a excepción del primer año, en 1996 logró tres victorias y fue tercero, y los dos siguientes llegó a la última prueba con posibilidades de conseguir el título.

Con Jacques Villeneuve no tuvo tanta suerte como con Damon Hill y, a pesar de que le intentó ganar de la misma manera que al británico, esta vez en el circuito de Jerez, su golpe no fue tan acertado y se le vieron las intenciones. Además de no lograr echar fuera al canadiense, fue sancionado por la FIA, que lo eliminó de la clasificación final.

En 1998 se encontró en su camino con David Coulthard, precisamente en Spa, y, al doblarle, se dejó la rueda delantera izquierda del Ferrari en el intento. También intentó agredirle físicamente después del incidente, pero aquellos 10 puntos perdidos dieron el título en la última carrera de la temporada al finlandés Hakkinen, que logró allí su primer título.

Ansias por competir

La temporada 1999 parecía la destinada para su primer mundial con Ferrari, pero el accidente que sufrió en Gran Bretaña, en el que se fracturó una pierna tras colisionar frontalmente contra las protecciones, arruinaron sus esperanzas de conseguirlo. Este accidente demostró una vez más cómo es el carácter del 'Kaiser'. Dispuesto a volver anticipadamente para defender sus posibilidades de título, no quiso hacerlo luego para ayudar a conseguirlo a su compañero Eddie Irvine.

El presidente de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, tuvo que presionarlo para que participara en las dos últimas carreras. Michael aceptó con el objetivo de que la escudería italiana lograra el Mundial de constructores, cosa que así hizo, pero no consintió en ayudar a Irvine.

En el año 2000, la colaboración entre Ferrari y Schumacher dio sus frutos y consiguieron su primer título juntos, lo que representó el inicio de una marcha imparable que les ha llevado ha conseguir cuatro más, precisamente cuando el equipo italiano disputa su 700 gran premio.

En el 2002 marcó otro importante récord, al lograr su quinto título cuando se habían disputado solamente once grandes premios y faltaban otros seis para que finalizara la temporada.

A partir del 2000 la secuencia de éxitos del alemán ha sido imparable, consiguiendo récord tras récord, victoria tras victoria. Este año ya ha ganado el título y sigue con hambre de victoria.

FUENTE: El Comercio Digital