No está hecha la improvisación
para la F-1. Renault intentó aprovechar una interrupción por bandera amarilla
para repostar antes que McLaren, pero se equivocó de lleno. Malgastó en Mónaco
parte del botín amasado con mucho esfuerzo por Fernando Alonso y ahora tendrá
que afinar más que nunca para resistir el acoso de Kimi Raikkonen, que sumó su
segunda victoria consecutiva y ya es segundo en el Mundial.
Además, por primera vez esta
temporada, después de haberse disputado seis carreras, el asturiano no se subió
al podio. Acabó cuarto. Williams aprovechó el error de cálculo del equipo
francés y se coló por partida doble en el podio. Nick Heidfeld y Mark Webber se
reivindicaron con soberbias actuaciones ante el líder y devolvieron a su
escudería parte del protagonismo perdido en los últimos tiempos. Las gomas de
Alonso no aguantaron el ritmo en las últimas vueltas y fue rebasado dos veces
muy cerca del sitio donde el año pasado sufrió un grave accidente.
Kimi y Fernando ocupaban la
primera fila de la parrilla de salida, tal y como habían terminado el sábado en
la primera calificación y repitieron en la segunda disputada unas horas antes
del comienzo de la carrera. Y eso que el de Renault le recuperó al de McLaren
cuatro décimas, pero, a pesar de eso, se quedó con la segunda posición. Llegada
la hora de la verdad, Raikkonen pudo aguantar la presión del ovetense, mientras
que Webber, que ocupaba la segunda línea, fue superado por Fisichella y Trulli.
El finlandés iba muy rápido, y
prueba de ello fueron sus vueltas rápidas, que le alejaban peligrosamente de
Fernando. ¿Cuál era la estrategia de cada uno? Era difícil prever, pero iba a
ser la clave del complicado circuito urbano de Mónaco, donde los adelantamientos
parecían casi imposibles. Alonso seguía cada vez más alejado de Raikkonen (a
poco más de 5 segundos en las 20 primeras vueltas), mientras que mantenía a raya
a su compañero Fisichella (a más de 3 segundos).
El Minardi, atravesado
Todo se torció en la vuelta 22,
cuando el Minardi de Christijan Albers se quedó atravesado en una curva y
provocó un atasco que hizo salir al coche de seguridad. Muchos pilotos, animados
por sus equipos, aprovecharon la interrupción de la carrera para adelantar su
primera parada. No así Raikkonen, que había optado por llenar más de combustible
su depósito.
Los dos Renault decidieron
parar para repostar. Y lo hicieron a la vez. Fernando, que iba delante de
Fisichella, pudo hacerlo antes, mientras el italiano esperaba pacientemente por
detrás de él. Los depósitos de combustible se llenaron por completo (120 litros)
para terminar la carrera sin más paradas. Pero ahí estuvo el fallo. El ovetense
tenía que haber permanecido en la pista ya que, a su vuelta, con el tanque lleno
y unos neumáticos demasiado blandos -a pesar de ser los más duros de los que
disponía Renault en Mónaco-, las cosas se le iban a poner difíciles. Y así fue.
Cuando regresó a la pista y el
coche de seguridad ya se hubo retirado (sólo estuvo tres vueltas, de la 24 a la
27), el asturiano era tercero por detrás de Raikkonen y Trulli. Tras él iban
Webber, Heidfeld, Massa, Villeneuve, Fisichella, Barrichello y Montoya. Los dos
pilotos de cabeza todavía no habían entrado en boxes. El italiano lo hizo tres
vueltas antes que el finlandés (vuelta 39), que, cuando regresó a la pista,
seguía en primera posición gracias a la ventaja que le sacaba a Alonso, que
volvía a situarse segundo, tras el repostaje del de Toyota.
Fernando disfrutó entonces de
unas vueltas tranquilas. Los dos Williams entraron en boxes por segunda vez, lo
que le permitió respirar. Pero, por poco tiempo, ya que de nuevo se le acercaron
peligrosamente. El ovetense tenía sus neumáticos muy dañados, mientras que sus
perseguidores, que llevaban un compuesto más duro, no acusaban ningún problema.
Choque de los Sauber
Heidfeld superó a su compañero
Webber y, por detrás, Juan Pablo Montoya, que venía pisando fuerte, también
superó al Sauber de Massa para situarse séptimo. Hasta que ocurrió otro
incidente: dos compañeros de equipo, Villeneuve y Massa, se tocaron, aunque
ambos pudieron continuar en carrera. Y ahí no finalizaron los problemas. Los
neumáticos seguían siendo el punto débil de muchos de los que montaban
Michelin.Y si no que se lo pregunten a Fisichella cuando iba en sexta posición.
El italiano, en la curva de Loews, entró muy abierto y fue adelantado por nada
menos que por Montoya, Ralf, Barrichello y Michael. Trulli con su Toyota también
tuvo problemas. De la sexta posición bajó a la novena, y además tuvo que ir a
boxes. Una proeza increíble para algunos como Montoya, que rodaba en la quinta
posición, después de haber salido en la decimosexta, y también para Ralf
Schumacher, que de la última posición de la parrilla había pasado a ser sexto.
Mucho sufrimiento
Alonso, que a falta de 25
vueltas había conseguido reprimir el ataque de los Williams, no pudo hacer nada
cuando Heidfeld y Webber volvieron a la carga tras su segundo repostaje. Primero
atacó el alemán, que, a falta de seis vueltas, superó limpiamente al asturiano a
la salida del famoso túnel de Montecarlo. Webber tomó nota de la maniobra e
intentó imitar a su compañero en el siguiente giro. Pero el australiano alargó
demasiado la frenada y se saltó ligeramente la 'chicane' que hay a continuación,
lo que obligó a Alonso a hacer un recto ilegal para esquivar al Williams.
Pero ahí no había terminado el
sufrimiento de Fernando, ya que, después de haberse liberado de los Williams,
tenía a Montoya sobre él. Pero el de Renault volvió a demostrar que, aún en las
peores condiciones, con unos neumáticos destrozados, era capaz de aguantar unos
kilómetros más las embestidas. Y de esa forma pudo cruzar la meta por delante
del colombiano, en cuarta posición.
Fuente de información:
ElComercioDigital