Para el equipo Renault, la
jornada de ayer en Mónaco fue un día de trabajo para analizar los datos con más
tranquilidad que de costumbre. Fernando Alonso, que está acompañado por sus
padres, descansó por la mañana, hizo un poco de deporte y después se trasladó al
circuito en moto para tener una reunión con los ingenieros y comer con sus
padres en el 'motor home' del equipo. Los ingenieros de Renault tuvieron una
actividad frenética. Y es que el equipo francés es el líder del Mundial y no
puede dejar de trabajar.
Ser líder significa para los
técnicos del equipo francés una gran responsabilidad, y un enorme dilema. No
pueden dejar de trabajar, pero tampoco pueden arriesgare en su evolución, así
que cada paso que dan debe ser probado exhaustivamente, tanto en el túnel de
viento como en los bancos de motores de la factoría cercana a París. «Siendo
líderes no podemos permitirnos arriesgar, pero tampoco adoptar una táctica
demasiado prudente que nos impida evolucionar», comentó Pat Symonds, director de
Ingeniería del equipo de Alonso. Y ese es el gran dilema. «No podemos arriesgar
como si fuéramos los aspirantes y sobre todo no se puede perder fiabilidad».
Este campeonato puede ser de
Alonso si todo sigue igual, con un coche fiable y muy rápido, la combinación
perfecta para que el asturiano sea el campeón del mundo más joven de la historia
de la F-1. Los pasos que ha de dar Renault son pausados, sin prisa, pero sin
descuidar la progresión, porque McLaren ha acelerado sus mejoras y ya se vio en
Imola y en Barcelona que tienen un coche muy competitivo, pero menos fiable, y
eso le costó a Raikkonen el abandono cuando lideraba la carrera en Italia,
perdiendo unos importantes puntos.
Más caballos
Para que Alonso llegue a
finales de julio con un pie en el primer peldaño del podio su equipo habrá
tenido que trabajar en todos los aspectos de la máquina más perfecta de lo que
se lleva de campeonato. Los motoristas tenían previsto una evolución del motor a
lo largo del año que les haría ganar unos 30cv, y un primer paso lo estreno
Fisichella en Imola, y a Fernando le tocó el turno en Barcelona. El próximo
avance llegará en el mes de julio y afectará al chasis. La aerodinámica se va
cambiando según las características de cada circuito y es lo que más evoluciona,
y sin duda es lo que más seguro se sabe que va a funcionar, ya que las
simulaciones en el túnel de viento son muy fiables.
A Renault y a Fernando Alonso
no les debiera preocupar Ferrari, a pesar de la capacidad de reacción que tiene
el equipo italiano, pero es que los 40 puntos de ventaja que llevan al equipo
italiano son muchos como para que puedan ser recuperados con prontitud y los 34
que lleva Alonso a Schumacher tampoco son fáciles de enjugar, sobre todo después
de ver la cara del alemán tras la primera jornada de entrenamientos en Mónaco.
Cuando se llegue al G P de
Hungría a finales de julio, quedarán en juego 60 puntos, por lo que si Fernando
sigue aumentando su ventaja paulatinamente y sin asumir riesgos innecesarios,
puede hacerse con el título en la carrera de Turquía en el mes de agosto, lo que
supondría un mazazo a sus rivales, y sobre todo permitiría a Renault comenzar a
trabajar en el coche del año que viene con mucha tranquilidad, e ir probando
cosas y arriesgar en sus planteamientos de desarrollo, una vez con el título en
el bolsillo.
Trabajo de futuro
Llegar al final de temporada
con el campeonato decidido y trabajar en el futuro sería lo mismo que hicieron
el año pasado, cuando se decidió frenar el desarrollo del R24 para preparar el
R25. Este año pueden hacerlo con el título en casa y trabajar con mucha
antelación en el proyecto supone garantía de éxito. Si no que le pregunten a
Ferrari, que está pagando muy caro el haber estado rodando con su coche viejo
todo el invierno, y se han encontrado con un coche que no se adapta a los nuevos
neumáticos.
Renault entró en una fase que
si la aprovecha bien puede tener su continuidad el año que viene y, aunque sólo
se hayan disputado cinco careras y queden catorce por delante, el rumbo de los
acontecimientos hace pensar que tanto Alonso como Renault deben ser prudentes en
sus decisiones, y contrastar muy bien sus avances.
Se ha visto que los coches
cambian muy rápidamente, como ocurrió con el Toyota de Australia a Malasia, o el
McLaren de Malasia a Bahrein, y a Imola y sobre todo a España. Estos cambios no
se han producido tan descaradamente en Renault, pero es que la base del coche de
Fernando Alonso era la mejor, porque se preparó con mucho tiempo.
El principal rival
Ferrari ya no es rival, McLaren
puede ser el más peligroso, pero aún esta lejos y lo de Barcelona no es
indicativo de lo que puede ocurrir en Mónaco.
Este año Fernando puede tener
la tranquilidad de saberse líder, y conocer a sus rivales aún mejor, para
batirles como lo ha hecho hasta este momento. Mónaco es una prueba de fuego,
pero el piloto asturiano pasó con sobresaliente todas las carreras.
Alonso llega a Mónaco con un
motor muy entero, y que le permitió hacer 126 kilómetros el jueves, sólo seis
más que los que hizo en Barcelona, y de esta forma el equipo ha seguido llevando
a cabo el mismo programa de trabajo sin hacer sufrir la mecánica
innecesariamente, pero dando Fernando muchas vueltas al trazado monegasco,
haciéndose con él, y siendo el más rápido con aparente facilidad, y eso es lo
más importante en esta pista, donde los adelantamientos son muy caros.
Fuente de información:
ElComercioDigital