Mientras que el actual líder
del Mundial esparcía sospechas sobre el monoplaza rojo -según el ovetense,
«anormalmente rápido» en el circuito de Imola-, Michael Schumacher aseguraba que
«Ferrari tendrá mucho que decir» en Montmeló en respuesta al dominio mostrado
hasta la fecha por Renault y Fernando Alonso.
Camino de Barcelona, sede del
quinto gran premio de la temporada de F-1, todo gira alrededor del piloto
ovetense, vencedor de las tres últimas carreras, y de su inminente duelo con el
heptacampeón alemán. Evidentemente, a Renault ya le preocupa -algo que no
esconde- la mejora del rendimiento del monoplaza del alemán y, a Ferrari, la
constancia y la superioridad de la que han hecho gala los vehículos franceses.
Schumacher se ha tomado unos
días de descanso, aunque ha tenido unos instantes para calificar como
«impresionante» la actuación en la prueba de San Marino del llamado a ocupar su
lugar. «Es, en estos momentos, el piloto a batir y un rival muy serio para ganar
la próxima carrera», admitió el alemán. Sin embargo, aunque el 'kaisser' haya
dejado eventualmente a un lado la tensión y la exigencia que rodea al 'circo'
del automovilismo, Ferrari continuó ayer probando neumáticos -una de sus grandes
asignaturas pendientes- en el circuito de Fiorano con su piloto Luca Badoer, que
dio 110 vueltas al trazado.
El alemán, en cualquier caso,
no sólo espera la solidez de Fernando Alonso en Barcelona. Más que nada porque
eso supondría reconocer las buenas manos del que se ha convertido en su máximo
rival, lo cual no entra en sus planes inmediatos: «Creo que tanto McLaren-Mercedes
como BAR-Honda también estarán fuertes. La prueba de Barcelona será una carrera
muy reñida y estoy convencido de que tenemos mucho que decir a la hora de
decidir el vencedor». El piloto de Ferrari aseguró, igualmente, que el buen
rendimiento del coche en Imola le da al equipo «moral y esperanzas para la
próxima fase de la temporada».
Fuente de información:
ElComercioDigital