Fernando Alonso vivió el día
más feliz y completo de su vida deportiva ayer en el circuito de Sepang. El
piloto ovetense logró un hito histórico para el automovilismo español. Consiguió
«doblete» con la «pole» y la victoria final en el Gran Premio de Malasia
-segundo triunfo de su carrera- y pasa a liderar el Mundial de pilotos y de
escuderías. Tras un fin de semana idílico, Alonso ya es el número 1. Por si
alguien lo dudaba, el rey Schumacher ya tiene relevo. El piloto más joven en
lograr una «pole», el piloto más joven en subirse a un podio, el piloto que está
batiendo todos los registros en la fórmula 1, asombró de nuevo ayer al
conquistar la segunda victoria en sus tres temporadas con Renault en la fórmula
1. Fernando Alonso buscaba esto desde el verano de 2003, cuando se impuso en
Hungría. Pero un buen piloto también necesita un buen coche para ganar. Y a
Fernando Alonso le falló demasiadas veces su Renault el año pasado, en el que
acarició muchas veces el podio, se subió pocas y padeció demasiados sinsabores.
Cruzar la línea de meta siendo
el primero en ver la bandera a cuadros le permitió a Fernando Alonso liberar
toda la tensión acumulada y alcanzar un deseo largamente buscado. De nuevo, como
cuando ganó en Hungría, entró en meta al lado del muro donde estaban los
ingenieros. Y levantó las manos del volante, abriendo y cerrando sus dedos, como
bailando la canción de los «Pajaritos». Es un gesto del que mantiene en secreto
su significado, pero que ya hacía cuando corría en categorías menores.
Los diez puntos de ayer, unidos
a los seis de la tercera plaza de Australia, permiten a Fernando Alonso ponerse
al frente del Mundial de pilotos. Es el primer español de la historia que lo
consigue. Y si todo discurre con cierta normalidad y sin averías, van a tardar
tiempo en descabalgarle de ahí. Segundo es su compañero Fisichella, a seis
puntos, y a Trulli, tercero, le saca el asturiano 8 puntos, igual que a
Barrichello, Montoya o Coulthard. La felicidad completa para el palmarés de
Alonso es comprobar que también lidera el Mundial de escuderías, pese a que
Renault no pudo puntuar ayer con los dos coches por accidente de Fisichella. La
escudería francesa acumula 26 puntos en dos carreras, gracias a dos victorias y
un tercer puesto.
La euforia por el éxito se
desbordó entre los integrantes del equipo Renault. Se registraron muchas escenas
emotivas a pie de podio, esperando a que el Nano apareciera para subir a lo más
alto. Por ejemplo, la jefa de prensa de Renault, Patrizia Spinelli, se secaba
unas incipientes lágrimas de emoción porque había ganado su «niño».
«Es el número 1», «eres el
número 1», decía el director de la escudería, Flavio Briatore, a los medios de
comunicación o al propio piloto, según a quien se dirigiera. «Es uno de los
mejores en este momento, pero de ahí a decir que ya sea el mejor del mundo...
Seamos pacientes y precavidos porque sólo ha ganado dos carreras», decía minutos
después el dueño de la fórmula 1, Bernie Ecclestone.
Alonso no se dejaba cegar por
tantos elogios. Lo había pasado muy mal en carrera, pero peor aún en el podio
por un bajón de tensión. «Desgraciadamente el sistema de bebida no funcionó y al
salir del coche tuve una bajada de tensión. Por desgracia sufrí más en el podio
que en el coche», confesaba el piloto de Renault.
Por eso, tras recuperarse y
atender a los medios de comunicación de todo el mundo, el asturiano quería
disfrutar del momento. Esa euforia que se vivía por todos los lados a su
alrededor en ningún momento le cegó. Cuando fue requerido para posar ante el
panel publicitario de la escudería junto a Flavio Briatore y el trofeo logrado
por la victoria, Fernando Alonso quiso agradecer el trabajo de los ingenieros y
de los mecánicos. Les llamó a todos y les pidió que se fotografiasen con él
junto al trofeo. Alonso sabe cuándo tiene que tensar la cuerda para exigir lo
mejor para su coche y cuándo tiene que reconocer la labor de un equipo, porque
el motor aguantó las dos carreras que esta temporada obliga el reglamento. Quien
no pudo estar presente en la foto oficial es el presidente de la escudería,
Patrick Faure, que tuvo que marcharse urgentemente del circuito para tomar un
avión.
«Fernando ha corrido de forma
espléndida. Ha hecho un uso excelente del equipamiento que ha tenido a su
disposición: el chasis, el motor y las ruedas Michelin. No ha cometido ningún
error y le ha permitido ser campeón», declaraba el director de ingeniería del
equipo, Pat Symonds.
Habían pasado casi dos horas
desde que la carrera había concluido y Fernando Alonso seguía estando muy
ocupado y no recuperado del todo del colosal desgaste físico sufrido durante la
carrera, pese a la reparadora charla telefónica con su familia.
«Estoy en la mejor posición del
Mundial de toda mi carrera. Soy el mejor piloto hasta el momento tras dos
carreras, pero tenemos que mantener el nivel del equipo. No nos podemos dormir»,
concluyó el número 1.
Fuente de información: lne