Calor, humedad y motores usados
no forman el mejor cóctel para iniciar un fin de semana de Gran Premio, pero así
es como Alonso arranca en el de Malasia, aquel donde se dio a conocer al mundo
con su 'pole' de 2003 y el tercer puesto en carrera. Aquí comenzó la fama de
Alonso, y no es de extrañar que este sea, junto a Spa, donde logró su victoria
en la F3000, su circuito preferido. Más incluso que el de Hungría, donde logró
su, hasta ahora, única victoria en la Fórmula-1.
En Malasia, Alonso teme sobre
todo a Michael Schumacher, que saldrá a la pista, sino hay cambio de última
hora, con un motor que ya ha corrido unos 200 kilómetros, casi cuatrocientos
menos que el de Alonso, y que en estas circunstancias puede resultar una
ventaja. La carrera será dura, y el ovetense es consciente de ello.
Alonso, Giancarlo Fisichella y
sus equipos de ingenieros comenzaron la jornada del jueves en Sepang muy pronto,
dado que a las 9.35 horas estaban ya en la pista para dar la vuelta de
reconocimiento tradicional, durante la que el tranquilo piloto asturiano se
bebió una botella de agua.
«La curva que más me gusta es
la enlazada de la cinco a la seis; ahí es donde el chasis es más solicitado y
donde el piloto disfruta más notando como el coche se mueve y lo va controlando.
Este año se puede disfrutar de esto, no como el curso pasado, cuando el
monoplaza era más complicado de pilotar y se te podía ir de las manos en
cualquier momento. Hemos progresado mucho en ese aspecto y eso se nota en los
tiempos», comentaba, ufano, Fernando mientras recorría los 5.5km de Sepang.
El dragón de 'Schumi'
Schumacher, que llegó al
circuito con una camiseta con enorme dragón, sigue siendo la 'bestia negra' para
todos, aunque no parece que Ferrari tenga la superioridad de antaño frente a
Renault y McLaren. El equipo italiano pondrá en pista su nuevo vehículo en el
próximo Gran Premio de Bahrein, para intentar recuperar el terreno perdido. Esta
es la circunstancia que deben aprovechar Renault y McLaren si quieren distanciar
al alemán, que no logró puntuar en Australia. Alonso y Fisichella son los más
peligrosos rivales para el alemán, y el español tiene en su compañero de equipo
a un rival muy cualificado, que será duro de batir.
Tras Renault, Ferrari y McLaren
hay un enorme vacío, ya que BAR no está en disposición de luchar por los mejores
puestos, al menos de momento, y casi está a la altura de los Sauber, siendo
superados ambos por los Red Bull, que fueron la sorpresa de Australia, con un
coche cuyo acabado en Malasia no era de los mejores.
El calor y la fiabilidad
dictarán sentencia en este circuito, en el que se disputa por séptima vez esta
carrera, que en tres ocasiones ha sido ganada por Michael Schumacher (2000, 2001
y 2003).
Crear más confusión
La FIA, con su aclaración del
miércoles sobre los motores, no hizo sino crear más confusión entre los
responsables de los equipos. Para Denis Chevrier, director de motores de
Renault, la situación está muy confusa, y ahora se está al libre albedrío de
quien ha de decidir si se acepta un cambio de motor sin penalización tras
abandonar en la carrera o no. «Esto es como si en el fútbol el árbitro decide,
pero sin jueces de línea». La arbitrariedad queda a expensas de una persona y,
como humano, puede fallar.
Fuente de información:
ElComercioDigital