A grandes rasgos, esta parte de la región está formada por una sucesión de
sierras y valles que parten de los abruptos relieves de la divisoria cantábrica,
donde se alcanzan altitudes máximas que superan los 2000 m. Así, las principales
cumbres de este sector son Peña Ubiña (2417 m), Peña Rueda (2155 m) y
el Cornón
(2187 m). Las sierras, constituidas principalmente por calizas y cuarcitas,
están orientadas de sur a norte y van perdiendo altitud progresivamente hacia el
interior hasta morir en las vegas de los ríos Nalón y Narcea, en una zona de
orografía igualmente irregular pero monticulosa. Ambos cauces siguen
trayectorias opuestas y confluyen cerca de su desembocadura, a la altura de la
localidad de Pravia.
Iniciando nuestra descripción por el este, encontraríamos en primer lugar la
sierra del Aramo, principal relieve del centro de Asturias. Su vertiente
oriental pertenece a municipios más o menos industriales y mineros, ligados al
centro de la región. La vertiente opuesta, por contra, muestra un carácter rural
mucho más acusado, siendo la ganadería y, en menor medida, la agricultura
la ocupación principal de sus habitantes, situación que se repite por toda la
montaña centro-occidental. Los valles de este lado del Aramo forman la cuenca
del Trubia, limitada al oeste por el cordal de la Mesa, por cuya crestería
discurre el Camino Real de la Mesa, una calzada romana que unía Astorga con
Grado y que constituía, en aquella época, la principal vía de comunicación entre
Asturias y la Meseta leonesa. Los siguientes valles y montañas hacia el
occidente forman parte del municipio de Somiedo que, en su totalidad, está
incluido en el Parque Natural del mismo nombre. Asimismo, está previsto extender
esta figura de protección a los montes limítrofes de Teverga y a una parte del
concejo vecino de Belmonte.
El Parque Natural de Somiedo es, sin ninguna duda, un ejemplo a seguir por el
resto de los espacios protegidos de la región. En su gestión, se ha pretendido
en todo momento compaginar el desarrollo económico de la zona con la
conservación de su extraordinario patrimonio natural y etnográfico, logrando la
aceptación del Parque por parte de los propios habitantes del concejo, algo
habitualmente difícil de conseguir debido a las inevitables limitaciones que se
les imponen. Aparte de la belleza de su montaña, de su interesante sistema
lacruste de origen glaciar y de sus importantes extensiones forestales, Somiedo
destaca por su riqueza animal y vegetal. Como no podía ser de otra manera, el
principal protagonista y símbolo del Parque es el oso pardo, que mantiene aquí
un número importante de los aproximadamente 60 ejemplares que componen el núcleo
osero occidental de la Cordillera Cantábrica.
Además de muchas aldeas bien conservadas, con todos los elementos típicos de
los núcleos rurales asturianos, en este concejo de montaña se conserva un
conjunto único de hermosas brañas de cabanas de teito (o simplemente teitos),
cabañas de tejado vegetal hecho a base de escobas y piornos siguiendo un
complejo y laborioso método ancestral.
Íntimamente relacionados con este tipo de construcciones, es obligado
mencionar a los vaqueiros de alzada, un grupo social independiente que se fue
afianzando desde finales del siglo XV, formado por familias de ganaderos
trashumantes que realizaban largos desplazamientos estacionales entre las brañas
de verano (repartidas en torno a los pastos de la montaña centro-occidental) y
los poblados de invierno (situados en general, cerca de la marina). Este tipo de
vida fue el origen de constantes conflictos con los ganaderos sedentarios que
vivían en cada uno de esos emplazamientos, lo que les condujo a un aislamiento
social que duró varios siglos y fue la fuente de inspiración de una cultura
peculiar. Hoy ya son muy pocas las familias que continúan la tradición vaqueira
pero perviven sus danzas, ritos, instrumentos musicales, etc. que se dejan
sentir especialmente en las romerías y fiestas locales de los concejos de su
área de influencia (Somiedo, Belmonte, Tineo, Valdés, Yernes y Tameza).
Descendiendo hacia los valles más amplios de la mitad septentrional de este
sector centro-occidental, encontramos los principales núcleos de población:
Grado, Salas, y Pravia. En todas estas localidades se conservan excelentes
ejemplos de caseríos y casonas señoriales de principios de siglo, hay iglesias y
monasterios de gran interés pero, sobre todos ellos, destaca la Iglesia de
Santianes en Pravia, primera obra prerrománica conocida de la monarquía
asturiana, construida en el siglo VIII coincidiendo con el traslado de la
capital del reino desde Cangas de Onís a Pravia.
En estas poblaciones mayores se concentran las principales actividades
comerciales e industriales de toda la comarca. Sus mercados semanales nos
ofrecen una buena oportunidad para acceder a la interesante y abundante
artesanía de la zona que produce madreñas y otros utensilios de madera, cestas,
figuras de azabache, etc. aparte del típico queso Afuega´l Pitu.
Igualmente, hay que destacar las importantes ferias de ganado que se celebran en
los recintos de La Plaza, en Teverga, o de Grado, aunque otras, más pintorescas,
tienen lugar en algunos puertos de montaña, como la feria del Puerto de Somiedo
o la de Cuevallagar, en Yernes.
Rutas
- La Senda del Oso
- Por los Puertos de Marabio
- La Cascada del Silbo
- Al Lago del Valle desde Valle de Lago
- De Villar de Vildas a Braña Vieja
Fuente de información:
Luis Frechilla
García