AGUILA
CULEBRERA: EL AZOTE DE LOS OFIDIOS
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Esta rapaz, de buen tamaño
y un plumaje grisáceo (salvo en sus partes inferiores, casi blancas
y barreadas en pardo ), se instala, al regresar de sus cuarteles
de invierno en el África Ecuatorial, en las extensiones de monte
bajo, bosques, cultivos bajos y calveros de nuestra región, anidando,
con frecuencia, en los mismos lugares año tras año.
Nada mas llegar, a finales de marzo o primeros de abril, las parejas
comienzan su celo e inician la construcción del nido (de unos
90 cm. de diámetro ),generalmente en la copa de un árbol. En el,
realiza la hembra la puesta de un solo huevo que incuba durante
45 días, hasta que nace un polluelo recubierto de plumón blanco.
Su crecimiento es lento, empezando a salir el plumaje a los 26
días. A la vez que ejercita sus alas, crece rápidamente y a los
80 días esta completamente emplumado, y dispuesto para abandonar
el nido. Con un plumaje muy similar al de sus padres, y con un
vuelo corto se sitúa en las inmediaciones, desde donde reclama
su alimento. Los padres le seguirán cebando durante algunos días
mas, hasta el momento de iniciar una larga especialización en
solitario que concluirá con su propia descendencia a los 4 años
aproximadamente y que le convertirá, a ojos de los hombres, en
sinónimo de espectacularidad.
Como su nombre indica, el águila culebrera (Ciscaetus gallicus
) es un especialista en la captura de reptiles (lagartos, luciones,
lagartijas...), y sobre todo ofidios (culebras, víboras...). Normalmente,
traga a sus presas enteras empezando por la cabeza , aunque si
son muy largas una parte queda colgando fuera, mientras la va
engullendo a medida que progresa la digestión.
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