Conocido también
como ñuberu, nubleiro, renubleiro o Xuan Cabrita,
según los lugares, el Nuberu es el genio
conductor de la nube y la tormenta. Se dice que lleva el agua
para los campos de los amigos y la piedra ( el granizo ) para
los de los enemigos, y es capaz de arrasar cualquier cosa, incluso
un bosque de carbayos centenarios, en una sola descarga. A pesar
de su enorme poder destrucotr, se le puede exconxurar para impedir
que descargue en las casas y los sembrados y enviarlo " a
sierras peladas ", allá " donde ni el gallo canta
ni la gallina cacarea, donde ni el arador ni el sembrador obtuvieron
semilla ni nada es de nombrar ", según reza el viejísimo
conjuro de la pizarra gótico-latina de Carrio ( Villayón
), datada en el siglo VII.
El Nuberu
asturiano tiene nobles antecedentes en la mitología
greco-latina. Así, en la Grecia clásica, adoraban
a Zeus, el soberano de los hombres y de los dioses, que además
de presidir el olimpo, provocaba la lluvia, lanzaba el rayo y
el relámpago y dirigía las tormentas. Los romanos
lo identificaron con Júpiter, señor del cielo, de
la luz diurna, del tiempo atmosférico, del rayo y del trueno.
Por su parte, los celtas adoraban a Taranis, dios del rayo y del
trueno y protector de los guerreros, y los germanos a Wotan, dios
del trueno que cabalga sobre las nubes. no pocos topónimos
asturianos están relacionados con estas divinidades del
rayo y el trueno cuyas denominaciones penetraron en distintas
oleadas. Así, el pico Sueve ( Colunga ), la pena Sobia
( Teberga ) y piedra Xueves ( Somiedo ), derivados de Jovis
( Júpiter ); Tarañes ( Ponga ), Táranu (
Salas ) y Tarañosdiós ( Cangas de Onís ),
derivados de Taranis; incluso, Godán ( Salas ), posible
derivado de Wotan.
Al Nuberu
asturiano se le describe de diversas, pero predomina la apariencia
física de hombre barbudo ( de muy elevada o muy corta estatura,
según los casos ), con la ropa chamuscada y cubierto con
un sombrero negro de ala ancha, que a veces desciende a tierra
etre la niebla y solicita algún tipo de alimento o ayuda
a los pastores de los puertos. Es un ser agradecido y suele corresponder
a la hospitalidad de los campesinos, bien auxiliándoles
cuando por causa del servicio militar o por algún golpe
de fortuna tienen que aventurarse por tierras de África
- que es donde vive el nuberu asturiano - o bien librando sus
sembrados de la tormenta o avisándoles para que recojan
la cosecha antes de que descargue la nube.
Al Nuberu
se le puede esconxurar volviendo un carro de avieso, es
decir, del revés, o tocando las campanas de determinadas
iglesias o capillas que tienen poder de ahuyentarle. También
algunos curas tienen el poder de esconxurar al nuberu leyendo
libros sagrados o arrojando un zapato contra la nube. en este
último caso, el nuberu suele descargar la piedra de granizo
allí donde cae el zapato. Además de estos esconxuros,
específicamente ditigidos al nubero, existen otros procedimientos
para desviar la tormenta y proteger las casas y haciendas de los
campesinos, como quemar laurel bendito, sacar la pala del horno
y el rodabiellu y ponerlos en cruz fuera de la casa, quemar velas
teneblinas bendecidas el día de jueves santo, colocar instrumentos
cortantes, hachas y cuchillos, con el filo puesto hacia la nube,
e invocar a determinados santos como Santa Bárbara o San
Bartolomé con plegarias y conjuros. En algunas leyendas,
sobre todo del occidente de Asturias, se dice que los nubleiros
bajan a tosquilar las cabras antes de fraguar las tormentas, y
que por eso cada piedra de granizo que cae al suelo tiene dentro
un pelo de cabra.
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