A las seis y veinte de la
tarde, los cimientos del Hotel Reconquista temblaron con la salida por la puerta
principal de Fernando Alonso. Cerca de cuatro mil personas gritaron y
aplaudieron a su ídolo: un campeón del mundo de Fórmula 1 vestido con traje
oscuro mil rayas, camisa blanca, corbata morada bicolor, pelo largo
perfectamente peinado y con una juventud insultante. De entre los premiados sólo
los 31 años de Tamara Rojo se le acercan. El ovetense estaba mucho más nervioso
de lo que se encontraba en Brasil antes de ganar su título mundial. A unos
minutos de recibir el premio Príncipe de Asturias del Deporte, la emoción le
embargaba.
A
su salida, un grupo de chicas gritaba: "¡Toma, toma, toma!", con el sonido de
las gaitas de fondo. Entre cánticos de "¡Alonso, Alonso!", el piloto de Renault
saludó, hizo una reverencia y se paró para que le fotografiaran un momento antes
de subirse en el coche que le llevó al teatro Campoamor. En el fondo, a este
chaval de 24 años le abruma haber recibido más vítores incluso que el Príncipe
de Asturias y la Reina, que son queridísimos en esta tierra.
De todos los premios que pueda
recibir en lo que le queda de vida, éste es el que le hace más ilusión. Y su
figura ha convertido la entrega de esta 25ª edición en una fiesta más popular y
con mayor expectación que nunca. Mucha gente ha adelantado su salida del trabajo
para saludar desde los balcones a su ídolo con pancartas recordándole que es el
mejor ("¡Bravo Alonso!"). De estar vivo, el inmortal Clarín habría disfrutado
con el entusiasmo de Vetusta entregada a su ídolo. Con más de quince mil de sus
habitantes en las calles.
El edificio del siglo XIX vio
llegar al resto de los premiados antes que a Alonso. Incluidas las simpáticas
Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, o la majestuosa bailarina de cuello
de cisne y ademanes artísticos, Maya Plisetskaya. También a Flavio Briatore,
jefe de Renault, que presentó su imagen más prudente, traje y corbata azul y no
llevaba a ninguna de sus habituales acompañantes. Llegó en su jet privado a las
cinco de la tarde para estar con su pupilo. Minutos antes del comienzo del acto
pasaron por una discreta puerta lateral la familia de Fernando, su padre José
Luis, su madre Ana, y su hermana Lorena.
Después del himno de España,
los premiados fueron subiendo uno por uno al escenario. Alonso lo hizo con
timidez y parsimonia. Su sitio, el más cercano al público, le convirtió en una
especie de Wally. No muy lejos, estaba el neurólogo portugués Antonio Damasio,
premio de investigación científica y técnica. Todos perfectamente trajeados. No
son rivales, ni llevan monos chillones de colores. Ni siquiera hay champán que
derramar con euforia. Son los Príncipe de Asturias, los premios españoles más
cercanos a los Nobel. Y un piloto está entre ellos. Algo que sublima el
automovilismo y nos llena de orgullo a los que amamos este deporte. La entrega
del premio ("por su alto ejemplo para la juventud de todo el mundo") mantuvo la
línea de sentimientos a flor de piel que transpiró ayer la cara del campeón del
mundo.
Don Felipe le dedicó su mejor
sonrisa al entregarle el acta del galardón, y el asturiano se fue al borde del
escenario, dio las gracias, le dijo con gestos al público que abarrotaba el
teatro que los llevaba en el corazón y les devolvió los aplausos. Pero no fue
hasta el momento del discurso de Su Alteza Real cuando Fernando se tuvo que
tragar las lágrimas. Justo cuando se refirió a la ayuda decidida de los suyos:
"En su excepcional carrera deportiva sobresalen su juventud y, sobre todo, la
atención y la ayuda sacrificada de sus padres y su familia más cercana". Que le
miraban orgullosos por todo lo que han conseguido juntos.
Este galardón es el broche de
una etapa para todos ellos, y ahora empieza otra todavía más difícil. El año
después de su primer título. Después del acto, Alonso volvió al hotel
Reconquista, se juntó con Briatore, con su mánager, García-Abad, y atendió a las
televisiones. Y terminó con una cena de gala con cientos de invitados, pero
Oviedo volverá a vibrar hoy con su ídolo.
Fuente de información: as