El Gobierno del Principado es
uno de los principales defensores de la ley que promueve el Ministerio de
Sanidad y que prohibirá fumar en los centros de trabajo. Las experiencias piloto
que desarrolla la administración ofrecen datos que demuestran las ventajas.
Las políticas de centros sin
humo en Asturias no se basan en la imposición si no que dan la posibilidad al
personal de sumarse a este programa. El resultado es que se crea una zona
específica para fumar e, incluso, en los locales con una superficie pequeña
llega a prohibirse.
Según los datos que maneja el
Principado, en los centros en los que se implanta este plan disminuye el número
de personas que fuman entre un 10 y un 50%. Entre los que conservan el hábito
desciende el consumo --medida por cigarrillos al día-- entre un 13 y un 53%. Los
profesionales dicen que la iniciativa logra proteger a toda la población.
Fuente de información:
LaVozdeAsturias