La delicada situación que
atraviesa el urogallo cantábrico, que ha perdido el 45% de su población en los
últimos 18 años, hace necesaria la adopción de medidas urgentes. La Consejería
de Medio Ambiente ha dado luz verde al cambio de categoría del tetrao urogallus
dentro del catálogo regional de especies amenazadas, pasando de ser un animal
sensible a la alteración del hábitat a estar considerado en peligro de
extinción. Esta decisión refuerza al máximo el grado de protección de una
especie que, según los pronósticos más pesimistas, podría desaparecer de las
zonas boscosas de la cornisa en un plazo de tres décadas.
La decisión de Medio Ambiente,
tras la propuesta formulada al respecto por la Dirección General de Recursos
Naturales, forma parte de una resolución publicada el pasado viernes en el
Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA). Largamente demandada por los
colectivos conservacionistas, se trata de una modificación en el nivel de
protección del urogallo que sólo depende de las alegaciones que se puedan
presentar durante el período de información pública, que se prolongará durante
un mes.
CAMBIOS
A efectos prácticos, que el
urogallo pase a estar catalogado en peligro de extinción conlleva ciertas
modificaciones. La primera tiene que ver con la necesidad de aprobar un plan de
recuperación de la especie, que arbitre las medidas necesarias para poner coto
al declive poblacional. Mientras tanto, la propia resolución de Medio Ambiente
especifica que se mantendrá con plena vigencia el actual plan de conservación
del hábitat.
La situación del urogallo
cantábrico no podría ser más inquientante. Según los datos recogidos en el Libro
Rojo de las Aves, la población actual no supera los 500 ejemplares, y Asturias
alberga el 60% de los cantaderos identificados en la cornisa. La tasa de
ocupación de estos lugares de canto, sin embargo, ha caído irremediablemente.
Dicha cifra era del 92% en el año 1982, frente al 41% de los últimos estudios
elaborados por los expertos.
Fuente de información:
LaVozdeAsturias