Un dulce recorrido. Eso es lo
que se encontrará quien visite el Aula de la Miel de los Picos de Europa,
situada en Alles, la capital de Peñamellera Alta. Ayer se inauguraba
oficialmente este novedoso equipamiento, que trata de acercar al público los
secretos de la apicultura por medio de un recorrido desde las más antiguas
tradiciones hasta las modernas técnicas aplicadas hoy en día.
La jornada comenzó con un acto
inaugural al que asistió la alcaldesa del concejo, Rosa Domínguez, y a la que
siguieron dos ponencias. La primera de ellas, a cargo de Juan José Lastra,
catedrático de Botánica de la Universidad de Oviedo, versó sobre la flora
melífera de los Picos de Europa. Según el autor del libro 'Entre Abejas' y
estudioso de la botánica de la comarca, «se trata de una zona con gran variedad
de flores, aunque no excesiva cantidad». También habló de mieles procedentes de
otros lugares del mundo y del proceso de fabricación.
En la segunda de las ponencias,
Manuel Antonio Rodríguez, uno de los principales apicultores asturianos, explicó
una serie de nociones básicas sobre el manejo profesional de las abejas. Este
experto posee un total de 800 colmenas en el concejo de Ibias, una de las
principales explotaciones de la región. La jornada matinal se cerró con un
coloquio en el que expertos e invitados discutieron sobre las diferentes
técnicas de trabajo. También se trató el tema de las nuevas formas de
comercialización de la miel y de la posible obtención de la Indentificación
Geográfica Protegida (IGP) para la miel asturiana, el primer paso para la
consecución de la Denominación de Origen. «Todos los sectores apuestan por
impulsar esta figura de protección para la miel de nuestra región. Productores,
envasadores y administración parecen estar de acuerdo», detalló Juan José
Lastra.
Visita guiada
Por la tarde tuvo lugar una
visita guiada en la que uno de los encargados del aula detalló el proceso de
obtención de la miel. En primer lugar, se pudo comprobar la forma tradicional,
en la que las colmenas eran selladas con barro y, tras matar a las abejas, el
panal se desmenuzaba a mano mientras se calentaba al fuego y se filtraba por
medio de una manga de saco. De esta forma se separaban la miel, que se
introducía en jarras de barro para el consumo, y la cera, destinada
principalmente a la fabricación de velas.
También se explicó el proceso
utilizado actualmente, en el que los paneles son introducidos en una máquina
extractora de acero inoxidable que, por medio del centrifugado, separa la miel
de los panales. Tras un proceso de filtración, la miel se envasa en tarros de
cristal para su comercialización.
A lo largo de la jornada, los
visitantes pudieron también degustar diferentes tipos de miel y conocer los
secretos de la vida dentro de las colmenas. Tres de ellas, de cristal y
comunicadas con el exterior, permiten ver trabajar a los disciplinados insectos.
Algunos hasta fueron capaces de encontrar a la abeja reina.
Fuente de información:
ElComercioDigital