El experimentado equipo de
investigación del que dispone este museo emplazado entre Colunga y Lastres, daba
a conocer ayer su participación en el proyecto PALDES (Paleontología para el
desarrollo en Níger). Una iniciativa que comenzó su andadura en 2003 y que
pretende utilizar el importante patrimonio paleontológico del que dispone esta
«deprimida zona» del Sáhara con el objeto de convertirlo en un recurso
socio-cultural que sirva «como motor para el desarrollo sostenible de este
lugar». La implicación del Muja en este ambicioso proyecto de cooperación la
explicó ayer Francisco Ortega, investigador adscrito a este equipamiento, dentro
de las actividades desarrolladas con motivo del Día Internacional del Museo.
Ortega comentó que el equipo
científico del museo se incorpora a esta iniciativa de forma inmediata, en un
programa que finaliza en 2008. Este grupo tomará parte en la codirección de las
actividades técnicas y científicas que incluirán la excavación de estos
yacimientos, realización de un estudio detallado de los mismos y su posterior
proyección y publicación. «Podemos aportar nuestra experiencia en el Muja»,
destacó.
Museo local
El equipo de investigación que
encabeza José Carlos García-Ramos, coordinará estos procesos, que buscan,
además, la creación de un museo en la zona de trabajos. Además, expuso Ortega,
«hemos pensado la posibilidad de traer a los laboratorios del Muja estas piezas
para estudiarlas, podríamos mostrarlas ocasionalmente aquí y luego devolverlas».
De forma paralela, el resto de
las entidades implicadas en esta iniciativa elaborarán propuestas de gestión de
recursos y estudios socioeconómicos igualmente importantes para el desarrollo de
esta zona. El científico explicó durante su intervención que la riqueza
paleontológica que existe en este lugar se conoce desde principios del siglo XX
y, desde entonces, se han hecho varias expediciones a cargo científicos
norteamericanos y británicos. «Unas expediciones que han supuesto pequeñas
aportaciones, pero que nunca han tenido ningún a reflejo a nivel local»,
comentó.
En esta ocasión, mantiene, lo
que se pretende es «modificar este planteamiento» y convertir este patrimonio en
un recurso turístico capaz de desarrollar este lugar. Se estudia, por lo tanto,
enseñar a un grupo de personas de la zona para que puedan desarrollar por sí
mismos los objetivos previstos, colaborar con los equipos de investigación e
implicarles en el diseño del museo. «Tendremos que formar a los lugareños, que
son quienes se tienen que encargar luego de este espacio», subrayó Francisco
Ortega.
La financiación completa del
proyecto PALDES se encuentra aún en fase de negociación, pero su viabilidad,
asegura Ortega, puede garantizarse a partir de la colaboración que ya existe
entre varias entidades privadas de fuera de la región y públicas, como la de la
Generalitat Valenciana.
Mohamed Echika, alcalde de
Aderbissinat, se desplazó a España el pasado mes de abril para conocer ejemplos
de gestión de recurso paleontológicos desarrollados en España y promover el
proyecto PALDES. Además del Museo de Paleontología de Elche, Mohamed Echika
visitó el proyecto del Museo Jurásico de Asturias y de las rutas de la
denominada Costa de los Dinosaurios.
Día del museo
El emblemático edificio en
forma de icnita que se alza en la rasa de San Telmo, sobre la playa de La
Griega, celebraba de forma especial el Día Internacional del Museo. El
equipamiento museístico más visitado del Principado de Asturias ofreció visitas
guiadas especiales bajo el título 'Museo Jurásico al descubierto'.
La visita tenía dos horas de
duración y, además de la completa colección de fósiles y reproducciones que
alberga este ente, se daba la oportunidad de visitar la sala de talleres
infantiles e incluso conocer los laboratorios en los que el equipo científico
estudia y clasifica los diferentes restos hallados en la costa de los
dinosaurios.
Un grupo de 36 escolares de
Infantil del colegio llanisco de Peña Tú disfrutaban ayer de estas
instalaciones. «La visita está muy bien, los niños se entretienen mucho, sobre
todo en los talleres», destaca el responsable del centro, José María Díaz.
De la escuela infantil El Bibio
de Gijón, unos cuarenta y cinco niños disfrutaban de un paseo entre seres
gigantes. «Unos tienen el cuello muy altos y otros cortos», explicaba Enrique
Bufnego, de 5 años. «Algunos tienen colmillos y otros dientes pequeñitos»,
continuaba. Su compañero Alejandro Toyos afirma que no le tiene miedo a los
dinosaurios.
Es más, añadió que le gustaría
tener «uno carnívoro» en casa. «Pues ya no puedes porque murieron todos», le
informa su compañera Sara Alonso.
Fuente de información:
ElComercioDigital