A partir del 1 de enero del
2006, si todo sale como el Ministerio de Sanidad ha previsto, estará prohibido
fumar en los centros de trabajo. Sindicatos y empresarios reconocen que la
entrada en vigor de la normativa puede generar tensiones en las relaciones
laborales. Pero, existe alguna fórmula para evitarlo? Las centrales analizan las
posibilidades que tienen en sus manos para mitigar la medida. Una alternativa
sería incluir este aspecto dentro de los convenios que firman con las
direcciones. Es decir, institucionalizar la hora del cigarrillo como ya lo están
los cinco minutos de descanso o los del café, aunque los empleados deberían
abandonar las instalaciones antes de encender el mechero.
Esta posibilidad no desagrada
ni a Comisiones Obreras ni a UGT pero recibe un rechazo frontal de la Federación
Asturiana de Empresarios (Fade). La ley traza una fina línea entre los derechos
de los trabajadores y de los empleadores. La sombra de las sanciones oscurece el
panorama, más cuando el propio texto legal anima a denunciar.
LA EMPRESA
La Federación Asturiana fue
tajante. "Es inviable generalizar en los convenios la hora del cigarro . Además
de que los empresarios tendrían que asumir los costes generados por esta nueva
ley, muchas actividades no permiten este descanso, por la organización del
trabajo o por el volumen de plantilla", explica el asesor legal de Fade, Ignacio
García.
Su postura se explica con un
ejemplo. En una industria que depende de una cadena de producción el 30 ó el 40%
de los contratados son fumadores. Si les permiten salir dos o tres veces en una
jornada de trabajo de ocho horas, o siempre hay empleados fuera de las
instalaciones --por turnos-- o se tendrían que parar las máquinas. "Un cosa es
unos minutos de descanso y otra satisfacer un hábito", comenta García.
Su rechazo a la inclusión en
los convenios no supone que la Fade esté conforme con la ley. En primer lugar
recuerdan que todavía no se ha aprobado el texto definitivo y que existen
algunos aspectos a modificar, como la gravedad de la sanción que podría afrontar
el vigilante de un centro de trabajo en el que alguien fume. Pero también aluden
a las repercusiones negativas para el sector hostelero, donde reclaman medidas
de conciliación de intereses y una incorporación paulatina.
SINDICATOS
La prohibición no está en vigor
y los sindicatos no han ultimado sus estrategias pero ya analizan los pasos que
darán para atenuar la tensión en los centros de trabajo. Son conscientes de que
deberán actuar con sumo cuidado.
Así lo explica el secretario de
Política de Desarrollo de Comisiones Obreras en Asturias, José María Guzmán
Pacios. "Parece que lo que se está haciendo es castigar al fumador, cuando
nosotros abogamos por buscar puntos de respeto", señaló. Guzmán Pacios es más
partidario de educar y fomentar la convivencia que de prohibir. Su sindicato
buscará la fórmula para evitar tensiones. Baraja la posibilidad de incluir este
aspecto en las negociaciones con las empresas, de legalizar la situación de los
fumadores.
La secretaria de Salud Laboral
de UGT, Ana Antón, critica la norma por "coercitiva y sancionadora". Antón cree
que en realidad el ministerio debe "combinar los derechos". Si al final el texto
no sufre modificaciones, su organización intentará aprobar medidas
complementarias. Una de las alternativas que está sobre la mesa es regular las
necesidades de los fumadores de forma interna, es decir, buscar un espacio en
las negociaciones entre los sindicatos y los empresarios.
Fuente de información:
LaVozdeAsturias