Las fiestas patronales de San
Isidro concluyeron ayer con la celebración del día grande, que llenó de colorido
y genuina tradición asturiana las calles de Piedras Blancas. Muchas familias no
desaprovecharon la ocasión de vivir intensamente los festejos, cuyo eje
neurálgico fue el recinto ferial.
La jornada comenzó a la una de
la tarde, con una misa de campaña a cuyo término un desfile de carrozas centró
toda la atención de la localidad castrillonense. Los distintos barrios de
Piedras Blancas vieron recompensado su esfuerzo y trabajo de los últimos meses
con el reconocimiento público a sus creaciones, consistentes en nueve carrozas,
dos carros del país y tres «xarrés» que tenían en común elementos alusivos a la
tradición asturiana como hórreos o aperos del campo. El desfile, que partió de
la plaza de Europa, estuvo acompañado por la Banda de Gaitas «L'Alborecer»,
jinetes a caballo y la imagen de San Isidro, portada por miembros de la
Asociación de Vecinos de La Braña, que cerraba el grupo.
Por la tarde, tanto el Alcalde
como varios concejales del Ayuntamiento de Castrillón distinguieron a los «güelos»
del año. En esta ocasión, el honor recayó en los vecinos de Piedras Blancas
Encarnación Tejada Gómez, de 98 años, y Belarmino García González, de 97.
Un recital de tonada asturiana
adquirió a continuación todo el protagonismo para que, a su conclusión, un
concierto de Vicente Díaz tomase el relevo. Cabe destacar que, durante toda la
jornada, se celebró un concurso morfológico de caballos, aderezado con una
exhibición de doma, que contó con la participación de noventa ejemplares en las
categorías de pura raza española y árabe, deportivos nacionales, cruzados y
campeón de campeones.
Fuente de información: lne