En el parque de la naturaleza
de Cabárceno (Cantabria) los movimientos sexuales de dos osas y un macho que las
acompaña en un pequeño recinto aislado son seguidos al detalle. La razón es que
son parte de un proyecto que prevé conseguir que por primera vez en el mundo una
osa parda sea inseminada artificialmente. El oso que las sigue por el recinto es
mera comparsa. Un ejemplar asiático de posible origen circense que ha sido
vasectomizado y que será el que marque a los veterinarios el momento en el que
las osas entren en celo. Será ése el preciso instante en el que los veterinarios
inseminarán artificialmente a las hembras con el semen de oso pardo congelado en
las dependencias del parque. Todo está preparado y es que el celo de las osas,
dos ejemplares jóvenes de entre 6 y 10 años, está a punto de producirse y en
cuestión de días -o a lo sumo semanas- la inseminación por vía laparoscópica
será un hecho. De este modo culminarán tres años de trabajo en busca de una
fórmula que servirá para solucionar los problemas de variabilidad genética de
los osos pardos cantábricos.
Para ello, en Cabárceno
utilizan ejemplares de oso pardo procedentes de la zona norte de Europa. El
parque cuenta con 50 de estos ejemplares que crían en cautividad de forma
natural. Todos los años las osas paren entre ocho y diez oseznos, de los que
sobreviven una media anual de dos o tres ejemplares.
El jefe de veterinarios de
Cabárceno, Santiago Borragán, asegura que el proyecto de biotecnología nació de
la necesidad de «conectar las dos poblaciones oseras, la oriental y occidental».
Los osos asturianos están divididos y sin conexión, y los muchos estudios sobre
los plantígrados han reiterado los problemas genéticos de ambas poblaciones.
Llegados a este punto, existen dos opciones: intentar unir las dos poblaciones
mediante medidas para fomentar un corredor osero que parece no funcionar si se
tiene en cuenta la falta de conexión entre ambas, o bien optar por el uso de la
biotecnología para conseguir realizar inseminaciones artificiales de osos.
Tanto el Fapas como la
Fundación Oso Pardo han manifestado en reiteradas ocasiones la necesidad de
solucionar los problemas genéticos de la población de osos asturiana mediante la
intervención activa en las poblaciones. Unos optan por llevar una hembra del
occidente de Asturias al Oriente, y otros por inseminar a «Paca» y a «Tola», las
osas de los valles del Trubia. Mientras la decisión política sigue sin
producirse, los veterinarios de Cabárceno, en colaboración con la Facultad de
Veterinaria de León, están llevando a cabo un proyecto que, después de tres
años, está en un momento especialmente delicado. Llegar hasta aquí y disponer de
los conocimientos necesarios para poder realizar la inseminación de una oso
pardo no ha sido fácil.
En una primera etapa los
veterinarios han trabajado en la extracción de semen de los osos del parque
mediante electroeyaculación. Los técnicos han conseguido dormir y extraer semen
a 18 machos del parque y han logrado congelar y descongelar el semen conservando
todas sus propiedades.
En una segunda fase del estudio
los veterinarios trabajaron sobre el cadáver de una osa que había fallecido en
el recinto de Cabárceno y estudiaron con detenimiento el aparato genital del
animal, un análisis que, después, repitieron con una osa viva a la que
durmieron. Mediante técnicas de laparoscopia grabaron el interior del ejemplar y
comprobaron las características genitales de la misma. Todo para que, cuando en
los próximas semanas se culmine el proyecto con la inseminación de las dos osas,
se reduzcan al mínimo las posibilidades de error.
Santiago Borragán se muestra
cauteloso a la hora de determinar cuándo se podría aplicar la técnica con osos
pardos cantábricos en libertad. Todo dependerá de que las dos osas que empiezan
ya a mostrar los primeros síntomas de celo logren quedar preñadas mediante las
técnicas de inseminación artificial. Si esto fuera así, en el próximo mes de
enero nacerían los primeros ejemplares mediante inseminación artificial, un
sistema en el que están puestas las esperanzas para salvar los problemas de
variabilidad genética del oso pardo cantábrico.
Mientras tanto, «Paca» y
«Tola», las osas de los valles del Trubia, están a la espera de que la técnica
que están experimentando en Cabárceno sea una realidad. En ese momento, el
Principado tendrá que tomar la decisión de inseminar o no a los ejemplares. El
principal problema que se encuentran es la falta de semen, por lo que parece que
la única posibilidad sería dormir a un ejemplar en libertad, extraerle el semen
y, posteriormente, soltarlo. Por ello una de las técnicas que más han
perfeccionado en Cabárceno es la de dormir a los osos para poder realizar la
electroeyaculación. Borragán asegura que han disparado para sedar a los
plantígrados unas sesenta veces y que han adecuado el sistema para poder hacerlo
en libertad ya que no es lo mismo realizarlo en el parque que en un espacio en
el que oso debe recuperarse perfectamente en un determinado espacio de tiempo.
La descendencia de «Paca» y
«Tola» depende ahora de dos osas sin nombre de Cabárceno que, con un poco de
suerte, serán madres en enero.
Fuente de información: lne