Todos los que ayer se
desplazaron hasta Panes para participar en la feria de San Isidro, coincidieron
en señalar que el acontecimiento ganadero estuvo como nunca.
El buen tiempo, el hecho de que
la feria cayese en domingo y la presencia de más de 500 cabezas de ganado en el
prado de San Román, fueron los ingredientes necesarios para vivir una jornada
exitosa en todos los aspectos.
Desde primera hora de la
mañana, diez ganaderías del municipio movilizaron importantes peadas de casinas
y carreñanas. Una yeguada de 42 equinos y un rebaño de 26 cabras completaron la
presencia animal respondiendo de esta forma a la convocatoria de la junta
ganadera local, que junto con el Ayuntamiento de Peñamellera Baja eran los
organizadores del evento.
Las ventas incidieron
principalmente en el segmento de los 'xatos'. Seis tratantes de la zona
estuvieron presentes en el recinto ferial y varios becerros de cuatro meses de
la raza casina fueron adquiridos en torno a los 330 euros por cabeza.
En la feria se encontraba
presente el juez calificador de ASEAMO, Ovidio Beneitez, quien comentó que en
los últimos cinco años se estaba produciendo una mejoría espectacular en el
ganado peñamellerano en atención a «la morfología y a la pureza de las razas».
Beneitez destacó la uniformidad de los rebaños, «con la ausencia de cruces», y
pronosticó para la feria de Corao del 26 de mayo una «tendencia al alza en los
precios en torno al 40%». Las razones para esta cotización alcista las sustentó
en el interés que las vacas asturianas están despertando en regiones como
Extremadura, Galicia, y Castilla y León. Argumentó que se trata de «razas muy
resistentes que pintan bien en estas zonas de España».
El concejal de ganadería,
Anselmo López, señaló que el municipio está viviendo «los mejores resultados de
los últimos quince años». Basaba la afirmación en que ninguna res dio positivo
en los controles de brucelosis y sólo una ganadería de Cimiano se vio afectada
«por la tuberculina».
La presencia de ovejas fue nula
y esta circunstancia llevó al alcalde, José Manuel Fernández Díaz, a matizar que
«la existencia de siete lobos en el Cuera está dictando sentencia». Irónicamente
animó a Medio Ambiente a declarar este paraje como «zona lobera» y comentó que
«por aburrimiento» los pastores ya ni siquiera denuncian los daños tras
abandonar la actividad «para convertirse en peones de la construcción».
El tradicional desfile de
carrozas fue testimonial con la presencia de una sola en la que se podía leer un
enorme cartel que decía: «Más sidra y menos lobos». A bordo de la plataforma
viajaban cuatro niños que repartían entre los viandantes vasos repletos de
sidra. Los organizadores del desfile comentaron que con esta actitud pretendían
solidarizarse con los pastores, «abandonados por el gobierno del Principado».
Fuente de información:
ElComercioDigital