Entra en una Iglesia para robar y activa las campanas al encender la luz
Enviado el Lunes, 14 junio a las 20:09:11 por asturcon |
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molly writes "AVILÉS
A rebato por un ladrón
Entra en la iglesia de Llaranes para robar y activa las campanas al encender la luz
L. Á. VEGA
Fue a por el cepillo y terminó repicando las campanas. Un avilesino de unos 50 años fue sorprendido por la Policía en la madrugada de ayer en el interior de la iglesia de Santa Bárbara de Llaranes, después de introducirse en el templo por un pequeño ventanuco, con la intención de llevarse todo cuanto de valor encontrase
El caso es que, cuando trataba de encender las luces del templo, para poder hacer mejor su «trabajo», activó sin querer las campanas de la iglesia, alertando a numerosos vecinos, alguno de los cuales creyó que se estaba produciendo un incendio en el barrio.
Ocurrió a eso de las cinco y media de la madrugada. El ahora detenido retiró la tela metálica de un óculo de la sala de calderas y se deslizó hasta el interior del templo agarrado a un tubo de papel, por el que pasa el aire caliente. Toda una proeza gimnástica, según el párroco, José María Murias, que ayer se congratulaba de que los destrozos no hubiesen sido sustanciosos.
Nada más entrar en la iglesia, saltó la alarma. Ante el temor de verse descubierto, al ahora detenido no se le ocurrió otra cosa que emprenderla a golpes con el aparato, que terminó destrozado. Ímprobo esfuerzo, porque la Policía ya había sido alertada de que algo podía ir mal en la iglesia de Llaranes.
Los agentes fueron a ver al párroco, que les remitió al sacristán. Cuando llegaron al templo, sorprendieron al hombre en el interior de la iglesia. Entre medias, el delincuente había activado las campanas de la iglesia mientras trataba de encontrar el interruptor de las luces.
Como desde dentro del templo apenas se oyen las campanas, el ladrón siguió a lo suyo y buscó el cepillo. También se lo cargó a golpes, pero el botín que encontró fue más bien escaso. Por lo visto, en Llaranes, las campanas no repican de forma estruendosa, pero sí lo suficientemente alto como para sacar de mitad del sueño a los vecinos. Eso es lo que les pasó a algunos, que temieron que se hubiese producido un incendio o algo parecido. Hubo quien se puso lo primero que encontró a mano y salió a la calle para ver qué pasaba. Afortunadamente no era nada serio y volvieron a la cama.
El delincuente, nada más ver a los agentes, pidió un abogado con insistencia. Los funcionarios le tranquilizaron y le indicaron que se pondría uno a su disposición en el momento oportuno, cuando tuviese que comparecer ante el juez
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