Asturias es una de las escasas
comunidades españolas que no ha resuelto aún la regulación del testamento vital
o voluntades anticipadas. La norma, anunciada ya durante la pasada legislatura,
continúa en el cajón. Cataluña, que fue pionera, y después Galicia, Extremadura,
Madrid, Aragón, Navarra y Cantabria han legislado ya esta materia. También lo
han hecho el País Vasco, Valencia, Baleares, Castilla y León y Andalucía.
Incluso el Estado, a través de la ley 41/2002, de 14 de noviembre, reconoce el
derecho a morir con dignidad.
DMD en Asturias reclama al
Principado que tome cartas en el asunto para regular este derecho. Francisco
Sevilla, exconsejero de Salud, avanzaba a principios de mayo del 2001 la
regulación del testamento vital. La Consejería de Salud, que ha anunciado
reiteradas veces la legislación casi inmediata del testamento vital, subraya
ahora que la ley de derechos y deberes del paciente, donde se recoge la
posibilidad de renunciar a tratamientos extra en el caso de una enfermedad
incurable, se discutirá en la Junta para ser aprobada antes de junio del 2005.
El Principado justifica el retraso de la norma en la existencia de prioridades
más urgentes. De hecho, el reto legislativo más importante que, en opinión de
Salud, deberá asumir el departamento es la ley de ordenación farmacéutica.
Sólo 25 asturianos han
dejado ya por escrito su testamento vital
Vivir y, también morir, con
dignidad. Es lo que pretenden los cerca de 25 asturianos que han suscrito ya en
el Principado un testamento vital. Quienes lo firman rechazan así que, en el
caso de una enfermedad incurable, se les mantenga artificialmente con vida.
Asturias es una de las pocas
comunidades del Estado que no ha regulado aún el testamento vital, también
conocido como voluntades anticipadas. Una norma estatal, promulgada en noviembre
del 2002, ampara, sin embargo, a quienes se oponen a la prolongación de la vida
por medios artificiales en el caso de enfermedades irreversibles.
María Palacios, asesora de
Derecho a Morir Dignamente (DMD), afirma que, pese a que la asociación nació el
pasado octubre en Asturias, son ya cerca de 25 los socios que han certificado un
testamento vital. La cifra es relativamente pequeña si se tiene en cuenta, por
ejemplo, que sólo en Cataluña son 5.200 las personas que han suscrito el
documento.
Con todo, la asesora de DMD en
Asturias, afirma que el incremento de las consultas derivado del interés
cinematográfico por el tema, hace prever un aumento también del número de
personas que dejan por escrito sus voluntades anticipadas. Palacios asegura que
películas como Mar adentro o Million dollar baby o casos recientes como el de
Terri Schiavo explican el creciente interés por todos aquellos aspectos que
afectan al final de la vida. La portavoz de DMD en el Principado indica que la
mayor repercusión mediática en temas como la eutanasia incide en que cada vez
sean más los asturianos que llaman a la asociación para solicitar información
sobre el testamento vital.
El documento, que puede bajarse
de la página web de la asociación, hace hincapié en dos cuestiones concretas. De
un lado, expresa el deseo de quienes lo firman para que no se prolonguen sus
vidas por medios como técnicas de soporte vital, fluidos intravenosos, fármacos
o alimentación por vía no natural. De otro, recoge también la voluntad de
quienes lo suscriben para que se les suministren los medicamentos necesarios con
el objeto de paliar el dolor físico o psíquico.
Daños cerebrales, tumores
malignos en fases avanzadas, enfermedades degenerativas o demencias seniles son
algunas de las patologías que pueden beneficiarse de un documento de voluntades
anticipadas. Para que tenga validez es necesario que el firmante esté en
plenitud de sus facultades y suscriba el testamento vital libremente. Se
requiere además el apoyo de tres testigos así como la designación de un
representante y un sustituto encargados de vigilar el cumplimiento de las
instrucciones dadas por el paciente para el final de su vida.
El perfil de los socios de
Derecho a Morir Dignamente es variado. Maria Palacios subraya que son personas
de todas las edades y estratos sociales, culturales y económicos. La asociación,
que trabaja en estrecha relación con Galicia, se compromete a respetar de forma
escrupulosa la confidencialidad de los datos.
Fuente de información:
LaVozdeAsturias