En Asturias está el único
puente de plástico de España y el más largo del mundo. Técnicamente, más que
plástico son materiales poliméricos reforzados con fibras. Se trata de un
prototipo, un anuncio de lo que serán los puentes del futuro, más ligeros y
resistentes. Eso sí, hoy por hoy, es cuatro veces más caro que uno normal, según
explica el jefe de la Demarcación de Carreteras, Ignacio García-Arango.
Esta infraestructura entró en
servicio hace un mes y pasa sobre el tramo Vegarrozadas-Soto del Barco de la
autovía del Cantábrico. En concreto, está en el ramal que une la A-8 con el
aeropuerto y da servicio a una pequeña carretera local.
El puente fue construido por la
empresa Necso dentro de un plan de desarrollo tecnológico auspiciado por la
Unión Europea. Este programa debía acabar con un puente a escala real donde se
plasmasen de modo práctico los resultados de la investigación. Y en su momento,
dado que la empresa se estaba haciendo cargo de las obras en el tramo
Vegarrozadas-Soto del Barco, le ofrecieron al Ministerio de Fomento que el
puente proyectado para ese lugar, uno convencional, se sustituyese por el que
hoy abre una puerta al futuro. Eso sí, al mismo precio que el inicial.
No hay que pensar que se trata
de una estructura endeble y de goma. En realidad, los pilares son de hormigón.
La novedad viene en las vigas horizontales que sostienen la losa por donde
circulan los vehículos. Están fabricadas con fibra de carbono y polietileno.
¿Cuáles son las ventajas de
este innovador prototipo? Según el jefe de la Demarcación de Carreteras «no se
consume piedra», con lo cual el impacto para el medio ambiente es menor. Pero,
sobre todo, y desde el punto de vista más práctico, el material es mucho más
resistente que el tradicional hormigón y, además, muchísimo más ligero.
Para casos extremos
De momento, y dado su elevado
coste, no es competitivo construir este tipo de estructuras salvo cuando estos
proyectos van ligados a la investigación. También se acepta para casos muy
puntuales. Un ejemplo: si lo que se quiere es añadir una estructura de este tipo
a una autovía ya en servicio, si el nuevo elemento es de 'plástico' se puede
llevar a cabo la obra con mucha más rapidez, debido a su ligereza y fácil
manejo. Así, en el caso de una autovía con mucho tránsito el coste de cortarla
al tráfico sería muy importante. En este supuesto, sí sería rentable la
construcción de un puente de poliuretano.
Eso, ahora. Sin embargo, dentro
de unos años, o quizá décadas, se puede presumir que todos los puentes serán
así. En el caso del prototipo ubicado a la salida del aeropuerto, como todos los
que se hacen en el mundo hasta la fecha, su fabricación ha sido poco menos que
artesanal en los talleres centrales de Necso. Pero cabe prever que cuando el
tiempo pase y se llegue a industrializar la producción sí se planteará su uso de
manera regular.
Para llegar al resultado que
hoy se puede ver hubo que superar varias fases. Lo primero fue crear en el
laboratorio vigas a distintas escalas. Se ensayó con prototipos a escala 1/3 o,
lo que es lo mismo, se le sometió a bestiales presiones para comprobar su
resistencia. Cuando los resultados fueron positivos se pasó al ensayo con vigas
de tamaño real, es decir, de trece metros de largo, con una sección trapezoidal
de 1,2 metros en su parte superior, 0,8 en la base y otros 0,8 metros en el
canto; las almas son de fibra de carbono con un espesor de entre ocho y 18
milímetros, y la sección está rellena de poliuretano. Para esta prueba los
técnicos tuvieron que trasladar la viga hasta Milán, ya que en España no era
posible encontrar maquinaria lo suficientemente potente para ejercer la presión
necesaria para la prueba. En Italia, los resultados también fueron positivos.
El experimento ya estaba listo
para ser desarrollado en la práctica. Las vigas se fabricaron con tres tramos
con una longitud cada uno de trece metros, y otro de siete metros. Así, cada
viga mide 46 metros, pesa 4.600 kilos y tiene tres uniones, de las que dos se
realizaron directamente en el taller y la tercera en la propia obra.
Monitorización
En cuanto a las características
técnicas, el puente tiene una pendiente del 2%, con una longitud de 46 metros y
con un total de cuatro vanos, dos de ellos centrales de trece metros y dos
extremos de diez. El ancho total del tablero es de ocho metros y está
constituido por las tres vigas que se esperan revolucionarias y una losa de
hormigón armado. Las alturas de las tres pilas son de 6,5; 6,62 y 6,75 metros.
Pero no se ha terminado aquí la
investigación. Con el fin de conocer el comportamiento de la novedosa estructura
se instalaron en ella diferentes sensores que miden fuerzas y controlan el
comportamiento del material. Mediante esta monitorización se reciben de forma
instantánea a través de Internet los datos que revelan el estado de la
estructura, la temperatura y todas aquellas variables que permiten conocer la
salud del invento.
Unos estudios a los que estarán
atentos técnicos de todo el planeta. Según Necso, los puentes de carretera
construidos hasta ahora con estos materiales tienen luces iguales o superiores a
doce metros, mientras que en este se alcanzan los trece. La importancia de este
tipo de construcciones ya ha sido contrastada en Estados Unidos, donde el uso de
materiales compuestos se va integrando cada vez más a la construcción de puentes
y otras obras. Es de esperar que, en unos años, el hoy revolucionario puente
sólo sea recordado como pionero en una tecnología de uso común.
Fuente de información:
ElComercioDigital