El cultivo de kiwis vive un
espectacular despegue en Asturias. Según los datos que maneja la Asociación
Asturiana de Profesionales del Kiwi, a lo largo de 2005 se plantaron en la
región doce nuevas hectáreas en la zona de Pravia y están a punto de culminarse
proyectos con un total de 30 hectáreas, de ellas 25 también en Pravia y cinco en
Piloña. El total de superficie de kiwis ya supera las 130 hectáreas en la
región. Rafael Olivo Cimas, presidente de la asociación y precursor del cultivo
del kiwi en Asturias, destaca los avances que se han ido dando en los últimos
meses. Cimas precisa que en los cálculos realizados no figuran los huertos
familiares que en su conjunto también suman una producción nada despreciable.
La mayor parte de las nuevas
plantaciones se han llevado a cabo con ayudas del programa «Proder II» del Bajo
Nalón. Cimas destaca la colaboración de los ayuntamientos de la Mancomunidad de
las «Cinco Villas» -Pravia, Soto del Barco y Muros- en estudios técnicos y en
organización de jornadas técnicas y conferencias.
Faltan fincas
Uno de los principales
problemas a los que se enfrentan los kiwicultores es el de no encontrar
suficientes fincas en Asturias que posean las características necesarias para
desarrollar en ellas una plantación profesional. A pesar de las dificultades, el
kiwi asturiano crece en prestigio. Tanto que los cultivadores, en colaboración
con la Consejería de Medio Rural, están elaborando un estudio para implantar una
indicación geográfica protegida, que llevaría la denominación «Kiwi de
Asturias».
Las plantaciones asturianas de
kiwi producen 2.000 toneladas de fruta al año que, en su mayoría, salen hacia
otras comunidades autónomas, a pesar de que el consumo en Asturias triplica esa
cifra. El boom del kiwi surgió en el Principado en los años ochenta, tras las
plantaciones experimentales que se llevaron a cabo a mediados de los setenta.
Desde entonces el camino no ha estado exento de altibajos. La gran crisis
sobrevino en 1992, por el hundimiento de los precios mundiales y la pérdida de
prestigio de la fruta, originaria de China que más tarde se desarrolló en Nueva
Zelanda y que encuentra en Asturias un clima ideal. Las fincas idóneas para el
kiwi son las que se sitúan al lado de los ríos, que garantizan el riego. Cimas,
que mantiene una finca de 25 hectáreas en Soto del Barco, hasta ahora la mayor
de la región, asegura que el umbral de la rentabilidad se encuentra en dos
hectáreas.
Fuente de información: lne