La población asturiana cada vez
está más envejecida y no parece que vaya a haber un relevo generacional que
invierta la tendencia en los próximos años. Un informe de la Fundación de las
Cajas de Ahorros (Funcas) pone números a esta realidad: en el Principado, la
proporción de personas mayores en relación con la de jóvenes se duplicó entre
1991 y 2003. Así, mientras que a principios de la década pasada había 1,03
mayores de 64 años por cada joven menor de quince, el porcentaje hace tres años
se había disparado hasta 2,26.
El 'caso asturiano' es
utilizado por Funcas como ejemplo de cómo una sociedad camina de manera
inexorable hacia el envejecimiento. En base a un estudio realizado por
sociólogos de la Universidad de Oviedo, la fundación revela que la proporción de
personas mayores de 64 años es un 29% superior en Asturias que en el conjunto de
España. El porcentaje se dispara a medida que aumenta la edad, y en el caso de
las personas que tienen más de 79 años la proporción asturiana es un 34% más que
la española.
El incremento de la esperanza
de vida conlleva ciertos problemas asociados a la necesidad de asistir a las
personas dependientes, y buena parte de los mayores de 64 años lo son. En
concreto, y según el mismo estudio, el 40% de ese colectivo necesita ayuda para
realizar alguna actividad de la vida diaria, ya sea básica (como levantarse de
la cama, vestirse, ir al servicio, comer, ducharse...) o instrumental (subir
escaleras, hacer la compra, andar, etcétera).
Así, el 14% de los mayores
asturianos tiene dificultades para realizar alguna de estas actividades, aunque
aún mantiene su autonomía. Otro 9% requiere sólo de asistencia para la
realización de actividades instrumentales y el porcentaje más alto, el 17%, es
el que no tiene más remedio que pedir ayuda para llevar a cabo esas actividades,
ya sean básicas o instrumentales.
En el estudio llevado a cabo
por el equipo de sociólogos asturianos también refleja con números una realidad
bien conocida: más del 70% de las personas mayores dependientes que residen en
Asturias recibe exclusivamente el apoyo informal de la familia. El resto
complementa esa ayuda con recurso extrafamiliares, ya sean privados o públicos.
En términos generales, la
familia es la encargada de aportar el 84% del tiempo y de la ayuda económica
necesaria para asistir a los mayores dependientes. El cónyuge y las hijas de la
persona necesitada son los que asumen con más frecuencia la carga, para lo que
emplean unas cinco horas y 34 minutos de media cada día.
Si el panorama actual es
complicado, el futuro se presenta aún más difícil. Según el estudio, «es muy
probable que el proceso de envejecimiento sea más intenso aún en las próximas
décadas y alcance cotas que representen un verdadero desafío para las políticas
y los servicios sociales de la comunidad autónoma». Las siniestras perspectivas
tienen su justificación en la baja tasa de fecundidad de la población asturiana,
muy por debajo de la media nacional. Por si esto fuera poco, además de no nacer
niños, tampoco llegan jóvenes de fuera y el envejecimiento de la población no se
compensa con la recepción de inmigrantes.
Fuente de información:
ElComercioDigital