Diseñar huesos sintéticos que
puedan sustituir estructuras dañadas y evitar el trasplante de piezas óseas
procedentes de cadáveres. Este es uno de los objetivos más ambiciosos de un
proyecto europeo liderado desde Asturias. nanoker , coordinado por Ramón
Torrecillas, del Instituto Nacional del Carbón (Incar), involucra a 17 empresas,
ocho centros de investigación y varias universidades de once países europeos.
Ramón Torrecillas, su
coordinador, trabaja en el departamento de Química de los Materiales y,
específicamente, en el grupo de Materiales Nanoestructurados. Es precisamente la
Nanociencia, la ciencia de lo minúsculo, el denominador común de un proyecto que
sorprende por su financiación. Las 110 personas que trabajan en nanoker
dispondrán de un total de 19 millones de euros en cuatro años para desarrollar
materiales con aplicaciones en quince campos específicos, entre los que figuran
la biomedicina, la óptica o la aeronáutica.
NUEVAS ESTRUCTURAS
Quizá por su implicación
directa sobre la vida destaca el proyecto para el diseño y fabricación de
sustitutos óseos sintéticos que se integran perfectamente en el cuerpo humano.
Torrecillas explica que los nanomateriales permiten crear estructuras óseas
parecidas a las humanas con gran porosidad y alta resistencia mecánica lo que
facilita su imbricación en el organismo. El diseño, en el que colaboran también
biólogos, incorpora factores del crecimiento y dosificadores de medicamentos en
las propias piezas óseas de forma que se reduzca al máximo los tiempos de
recuperación del paciente. La investigación está en fase de experimentación
animal y los resultados preliminares son esperanzadores puesto que las piezas se
integran bien en el organismo.
Torrecillas, experto del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), subraya que, a más largo
plazo, será posible incluso desarrollar sistemas que permitan incorporar a las
piezas de reemplazo información genética del propio paciente. Se trata de dotar
a las prótesis de células con el código genético para que el cuerpo identifique
como propio el hueso sustituto y no se produzca ningún tipo de rechazo.
Es sólo una de las
aplicaciones, quizá la más llamativa, de los materiales nanoestructurados, en
los que, pese al reciente empuje de las nanociencias, el equipo de Torrecillas
lleva trabajando quince años. El nuevo proyecto nanoker , financiado entre la
Unión Europea y las empresas partipantes, se prolongará del 2005 al 2009.
En este campo de los
biomateriales, destaca también otra de las líneas del proyecto. El propósito es
diseñar y producir prótesis humanas eternas de cadera, rodilla, dentales o
válvulas cardiacas. Los implantes actuales, realizados con metales (Ti, Nb),
tienen una duración limitada y requieren ser reemplazados. Las nuevas prótesis
son mínimamente invasivas, respetan al máximo las estructuras sobre las que se
asientan y tienen una garantía de por vida.
Fuente de información:
ElPeriodicodeGijon