LA OLLA SAN VICENTE
Fecha Martes, 13 diciembre a las 11:00:00
Tema Senderismo y montaña


CANGAS DE ONÍS/ AMIEVA

Esta ruta remonta los últimos kilómetros del río Dobra a partir del lugar de su confluencia con el Sella en el Puente del Dobra. Es un recorrido sencillo por un valle estrecho y boscoso en el que destaca el magnífico bosque de ribera, que se extiende de forma continua a lo largo de todo el trayecto, formado por tilos, fresnos, alisos, arces, avellanos, cornejos y sauces entre una variedad mucho mayor de árboles y arbustos.

Comenzamos a caminar por una pista que sigue fielmente los quiebros del río. Enseguida llegamos a un llamativo puente de piedra, a través del cual pasaba la antigua ruta medieval que unía el puerto del Pontón con Cangas de Onís. Es inevitable pararse a admirar, desde loa alto de este puente, las verdes y transparentes aguas del Dobra mientras se trata de distinguir  las siluetas de truchas, salmones y anguilas entre los grandes cantos del cauce. A medida que seguimos avanzando, vamos descubriendo fantásticos rincones en los que las aguas cristalinas del Dobra reflejan el verde de chopos, tilos y alisos que se confunden sobre el cauce formando una especie de bóveda. Así, en poco tiempo alcanzamos los campos de La Pandiella, donde un tímido ensanchamiento del valle ha sido aprovechado para abrir unos cuantos prados y construir un puñado de cabañas. En primavera, estos pastizales se tiñen literalmente del color de las flores dominantes en cada momento y hay que fijarse en el suelo para observar los movimientos, casi imperceptibles, de la mantis mimetizada entre las hierbas. En algunos terrenos se han plantado árboles frutales, sobre todo manzanos, que atraen a multitud de mariposas y escarabajos en el otoño, cuando muchos de los frutos se pudren en el suelo.La Olla San Vicente

Una vez pasadas las cabañas la pista muere en el río, que ahora ocupa todo el ancho valle. El mirlo acuático vuela raudo a ras del agua y abundan las lavanderas cascadeñas. Tenemos que tomar un estrecho sendero que continúa por la misma orilla que veníamos siguiendo, justo por detrás de una hilera de chopos que hunden sus raíces en el lecho fluvial. En el siguiente recodo, atravesamos una cantera abandonada, cada vez más invadida por zarzas, tojos agracejos, y escaramujos. Luego, el camino discurre por el interior de un bosquete de robles y justo por detrás de una aliseda espléndida. Una nueva curva y salimos a una pradera amplia y verde, rodeada por un cinturón de avellanos que ocultan el río a la vista. La sorpresa no puede ser mayor cuando, al atravesar la banda de arbustos, nos encontramos frente a un gran remanso en medio del río. En realidad es una marmita de gigante excavada por la acción erosiva de las rocas que arrastra la corriente y debido al brusco giro, de más de 90º , que describe el Dobra en este punto. Es un lugar idílico en el que no falta una explanada desde al que se domina la Olla y donde podemos comer y descansar a la sombra de tilos y robles,.... aunque, realmente, lo primero que apetece es un buen chapuzón. Eso sí, una vez que se prueban las gélidas aguas bastan unos segundos para darse por satisfechos.

Antes de emprender el regreso, contemplamos los imponentes riscos calizos del Precornión, los montes de las estribaciones del Macizo Occidental de los Picos de Europa, que forman un desfiladero, unos cientos de metros río arriba, tan angosto que no permite ser atravesado por ningún camino. Un cañón reservado para los amantes de los deportes de aventura.

 

Puente del Dobra- El Puente Viejo- La Pandiella- La Olla San Vicente

  5 km (i/v)

Transporte recomendado: a pie, en bicicleta.

Mejores épocas de visita: primavera, verano, otoño, invierno.

Dificultad de la ruta: escasa.

Fuente de información: Luis Frechilla García







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