Taramundi, como antaño
Fecha Lunes, 12 diciembre a las 11:32:58
Tema Cultura


Las Jornadas del ferro culminaron ayer en el concejo de Taramundi con una muestra viva de los quehaceres asturianos artesanales de la comarca occidental. El molinero, las tejedoras, el «cesteiro», el asador de castañas, el gaiteiro, las panaderas y los «ferreiros» recuperaron las labores que desde hace muchos años vienen desarrollando en sus hogares, aquellos oficios, hoy casi perdidos, que muchos siguen manteniendo en sus casas.

Cientos de personas se acercaron ayer a Taramundi a tomar parte en los oficios artesanales de la comarca y pudieron participar de ellos.

Fermín Álvarez, guía del conjunto etnográfico taramundés de Os Teixois, donde tuvo lugar el desarrollo de las jornadas, explicó que la de ayer «es una buena ocasión para recuperar los oficios de la zona rural» y añadió que «han pasado muchos visitantes hoy (por ayer) a visitar la muestra artesanal en vivo, sobre todo de Madrid», especificó.

Oficios perdidos

Además de la recuperación de los oficios tradicionales perdidos, las Jornadas del ferro celebradas estos días han servido para valorar las costumbres de los más curtidos artesanos del concejo, una actividad que el Ayuntamiento de Taramundi viene desarrollando desde hace cinco años en colaboración conjunta con el Principado, dentro del programa «Romper barreras».

Trinidad Suárez, responsable del proyecto, aseguró que «lo más importante es que la gente mayor colabora gustosa y se da cuenta de que siguen siendo importantes».

La vecina Angélica Riopedre coció bollos preñados y empanadas para todos los que ayer se acercaron al conjunto etnográfico del concejo de Taramundi. «Llevo cociendo desde los 13 años y aún hoy lo sigo haciendo en mi casa», explicaba a los visitantes.

Félix Rodríguez de Bres y José Martínez hicieron lumbre en la fragua y dieron forma en el yunque a los hierros, mientras que el molino daba vueltas y las hilanderas cardaban la lana y confeccionaron calcetines.

Las castañas, que fueron asadas por Luis Legazpi, acompañaron y dieron olor a la fría tarde en Os Teixois, y los «cereixolos, torreznos y faragullos» se cocinaron «a la antigua usanza», a la lumbre de las maderas y con el saber hacer de quienes todavía siguen desempeñando las labores más antiguas y las tradiciones que un día heredaron de sus padres.

Fuente de información: lne







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