La Sociedad de Salvamento y
Seguridad Marítima (Sasemar) organizará en aguas asturianas el ejercicio anual
que, con intervención de medios técnicos y humanos de distintos países, se
celebrará en 2006. El anterior simulacro de similares características, que duró
tres días, tuvo lugar en Baleares y recibió el nombre de 'Mediterráneo 2005'.
Desde hace varios años, Sasemar
busca mejorar la coordinación entre equipos de salvamento de distintos países
mediante un ejercicio que va más allá de las prácticas habituales para
garantizar la eficacia del operativo.
En 2006, el simulacro tendrá
lugar en aguas asturianas y, a tal efecto, la directora general de Sasemar,
Pilar Tejo, ha iniciado ya los preparativos en el Centro de Seguridad Marítima
Integral, de Veranes.
En la operación 'Mediterráneo
2005' intervinieron efectivos de Francia, Italia y Mónaco, además,
evidentemente, de España. Se trató de dar respuesta al supuesto accidente de un
petrolero, con 20.000 toneladas de fuelóleo a bordo, que, con origen en
Cartagena, se dirigía a Palma de Mallorca.
El barco, representado por un
buque de la Armada, sufrió, siempre supuestamente, una explosión en la sala de
máquinas cuando se encontraba a cinco millas al Sur de Punta Cala Figuera,
causando varios heridos y una grieta en los tanques que provocan un vertido de
unas 1.000 toneladas de fuel.
A partir de esa hipótesis, se
movilizaron medios aéreos, marítimos y terrestre para evacuar y atender a los
tripulantes heridos, colocar las barreras anticontaminación que aíslen al
hidrocarburo y limpiar la zona costera afectada por la supuesta llegada de fuel.
La simulación afecta a todos
los pormenores, de forma que equipos médicos intervinieron para atender a los
heridos a su llegada a la base aérea de Son Sant Joan, con la menor repercusión
posible en el tráfico aéreo del aeropuerto comercial. Además, técnicos de la
Dirección General de la Marina Mercante se descolgaron desde el helicóptero de
salvamento 'Helimer Mediterráneo' para evaluar los daños del supuesto petrolero
y decidir su traslado a una zona de abrigo ayudado por remolcadores, ya que la
explosión habría afectado a la máquina y el barco estaría a la deriva con riesgo
de encallar en la costa.
Todo ello, sin perjuicio de que
efectivos de los países participantes intervinieran para aislar el vertido y
eliminarlo en la mayor medida posible, si bien el supuesto incluía también
respuesta a la llegada de una parte a la costa.
En ese sentido, la evolución de
la marea negra fue seguida a través de boyas que proporcionaron información
sobre las corrientes y el viento. Otras boyas evaluaban el grado de dispersión
natural del vertido.
Balance
Las administraciones marítimas
suelen ser poco o nada triunfalistas a la hora de hacer balance de los
ejercicios de salvamento.
El objetivo no es comprobar que
todo funciona perfectamente, sino detectar y destacar los fallos con vistas a
que la respuesta ante una situación real sea satisfactoria.
Así, por ejemplo, en aguas de
Baleares se apreció que los acantilados producen zonas de 'sombra' para las
comunicaciones que convendría corregir. Asimismo, los aviones de Italia y
Francia que fueron utilizados para localizar los vertidos indicaron que podían
haber sido más efectivos si la configuración de vuelo asignada les hubiera
proporcionado mayor altura.
No obstante, los responsables
de los países implicados en el ejercicio 'Mediterráneo 2005' concluyeron que la
coordinación mejora y que prácticas de gran amplitud y realismo, como la ahora
programada en Asturias, son imprescindibles para lograr el mejor adiestramiento.
Fuente de información:
ElComercioDigital