Las castañas reinaron ayer en
Arriondas. En total, se pusieron en venta unos tres mil kilos del fruto a un
precio de 2,50 euros. Una cantidad inferior a la de otros años, que llegaba a
alcanzar las cuatro o cinco toneladas, pero que, y muy a pesar del mal tiempo,
hizo que la capital parraguesa se convirtiese un año más en un referente en toda
Asturias para este singular producto.
Un total de 26 puestos de
castañas y productos de la huerta, junto con siete puestos de productos
ecológicos, catorce de productos variados como quesos, miel, pan y chorizos y
veinte artesanos formaron el grupo de participantes, que resultó más numeroso
este año que en ediciones anteriores.
Nino Rodríguez, concejal de
Medio Rural del Ayuntamiento de Parres, afirmaba que, a pesar del mal tiempo,
las ventas fueron bien para la mayoría de estos puestos, verdaderos
protagonistas del certamen.
Los diferentes expositores,
llegados de Piloña, Cangas de Onís, Muros de Nalón, Pola de Laviana y Llanes,
mostraban no sólo la enorme variedad de castañas que existen (vizcaína, valduna,
peluda, escayosa, bocáu, romana, pelada, marina, llanisca, canguesa...), sino
también un sinfín de productos de la huerta que se llevaron igualmente buena
parte de la atención del público.
De la huerta
Celestina González Corte, de
Pola de Laviana, mostraba con orgullo sus pimientos, cebollas, lombardas,
zanahorias, fréjoles, ajos puerros y diferentes variedades de tomates. Y es que
no es para menos, pues sus productos de la huerta han recibido ya numerosos
premios al mejor horticultor o a la mejor conserva en diferentes certámenes. En
este caso se llevó el segundo premio por sus castañas.
Mario Vega de Ponga, con un
puesto de castañas valdunas, rubias y morenas, recordaba cómo en los años de
posguerra las castañas eran uno de los alimentos básicos junto con las patatas y
el maíz.
«Ahora las cosas son bien
diferentes. Entonces, cada otoño se recogían castañas para todo el año. Se
tiraban de los castaños dentro del propio oricio y una vez recogidas eran
llevadas a la "cuerria". Con la llegada del frío se abría el oricio con un
angazo y se llevaban las castañas a casa, donde se dejaban secar. Así se
conservaban para todo el año sin perder sus propiedades». Hoy en día, tal como
afirmaba, las cosas han cambiado, pero no dejan de ser un elemento muy arraigado
en la dieta de los asturianos.
Rosa Rivero, de Amieva, acudía
un año más a este certamen, y a la una y media de la tarde recogía su stand
satisfecha porque de los sesenta kilos que había traído había vendido
prácticamente todo. «Lo que no he vendido será alimento para los cerdos».
En el pregón, a cargo del
periodista gijonés Luis Fernández, muy vinculado al concejo de Parres, se
destacaron las cualidades de este singular producto, así como sus propiedades
culinarias. «Agosto secu, castañes en cestu», recordó Luis Fernández, que quiso
igualmente hacer una llamada de atención por el cambio climático en el planeta y
las repercusiones que éste puede traer a uno de los árboles más emblemáticos de
Asturias, como es el castaño.
Parres ha querido apostar por
la castaña, y claro ejemplo de ello, aparte de la celebración del XV Certamen de
la castaña, es su proyecto en la plantación de castaños en el monte La Toya. Tal
como explicaba Nino Rodríguez, concejal de Medio Rural, en dicha plantación, de
diez hectáreas de extensión, están representados los 66 castaños más notables de
toda Asturias. Aquí se estudia su crecimiento y se realizan análisis sobre su
rentabilidad, tanto en lo que respecta a la madera como al fruto.
En el día de ayer se quiso
homenajear también los paisanos del año, que en este caso fueron Jaime Vega
González, del pueblo de Fíos, de 81 años, y Honorina Suárez Llerandi, de
Vallobil, de 90 años. Son homenajes recibidos en ambos casos por la dedicación
de toda una vida al campo de los agasajados, así como por ser personas muy
apreciadas y queridas en Parres.
Premios
Además, también se entregaron
ayer en Arriondas varios galardones. Así, el primer premio para el que será el
díptico anunciador del certamen de la castaña del próximo año fue para Adolfo
Tereñes Llamedo, mientras que el premio para el cartel anunciador fue para Dan
Miravalles.
También hubo otros premios para
los diferentes concursos y certámenes convocados. El primer premio en cuero y
manualidades fue para Tere Solares; en artesanía en miniatura fue para Fernando
Rapallo; en arquitectura en miniatura el premio fue para Jesús Peruyero; el
primer premio en artesanía de castaño se lo llevó Juan Sánchez Soto, mientras
que en artesanía en general fue para Justo Raigoso. Por lo que se refiere a la
repostería, en su modalidad de aficionados resultó premiado Manuel Manjón, y en
su modalidad de profesionales los fue la Confitería Monserrat de Nava.
En el certamen de la huerta se
llevó el primer premio Maruja Peláez, mientras que Claudio Alonso se llevó una
mención especial por las enormes calabazas que presentó. La premiada por los
productos ecológicos fue María Carmen Murias, y los jóvenes productores fueron
Lucas García y Rubén Fondón.
El primer premio para las
mejores castañas fue para María Antonia Poladura, en tanto que el segundo y el
tercer puesto fueron a parar a manos de Celestina González y Maruja Peláez,
respectivamente.
Fuente de información:
ElComercioDigital