Los asturianos en peligro de extincion
Fecha Domingo, 09 octubre a las 14:05:58
Tema Articulos Variados


Como una especie en extinción. Así fueron presentados el viernes, en la Casa de Cultura de Cangas de Onís, los seis pastores de los Picos de Europa, representantes de una larga estirpe, que analizaron en una amena mesa redonda la transmisión de su cultura en el parque nacional. La lección magistral sobre el pastoreo y la elaboración del queso de Gamonéu en los puertos estuvo cuajada de anécdotas, de momentos entrañables, de risas, y de sanas disputas sobre temas tan puntuales como si es mejor el pelo de vaca o el de caballo para elaborar el filtro por el que pasar la leche. Tres abuelos y sus nietos -considerados estos últimos por el moderador, el profesor Gonzalo Barrena, como «nuestra última esperanza»- trasladaron a un emocionado auditorio vivencias de antes y de ahora, recuerdos del pasado, críticas al presente y reflexiones técnicas sobre un arte milenario cuyos conocimientos han pervivido de generación en generación.

«Mi familia hizo puerto en Oriseda de Caín, no tenían más que dos vacas porque el terreno era muy accidentado, al soltarlas había que ir con el zurrón al hombro para estar todo el día con ellas; cuando anochecía aprovechaban para hacer el queso y algo de comer». Con este resumen histórico abrió el debate Cirilo Sánchez, que luego detalló cómo él, tras realizar el servicio militar, siguió con la tradición en Caín y luego, ya casado, se trasladó a la zona de Ario. El contrapunto lo ponía su nieto Ángel Sánchez, que, con 21 años y el Bachillerato terminado, trabaja en una quesería familiar ya asentada en el valle.

En los años cincuenta Cirilo Sánchez trabajaba a destajo en dificilísimas condiciones para lograr tres kilos de queso al día. «Y eso, con un rebaño de 20 cabras y otras tantas ovejas», recuerda. Hoy en día su nieto hace, en el valle, una media de 60 kilos al día y en ocasiones en una jornada supera los 100 kilos. La modernización ha supuesto para él más queso y mejor calidad de vida.

Manuel Remis, pastor en Sobrecornova, asistió con su nieto Rubén Remis, quien con sólo cinco años ya empezó a subir al puerto con sus padres y ahora, con 13, conoce todos los secretos para elaborar el queso. La diferencia entre el gamonéu fabricado en el valle y el del puerto quedó de manifiesto con las explicaciones del joven Remis sobre la diferencia de calidad de la leche del ganado de uno y otro lugar. No quedó duda durante la clase magistral colectiva de que el lugar de pasto del ganado decide el sabor definitivo del queso y que hasta la orientación de las cabañas donde se ahuma tiene importancia para el resultado final.

Emilio Suero, pastor desde los 12 años, descendiente de pastores de Onís, Cangas y Caín, tiene como sucesor a Sergio Suero, que a sus 17 años estudia, atiende el ganado y a veces él mismo hace gamonéu. Emilio, que puso el toque más simpático a la velada con sus irónicos comentarios, explicó con detalle cómo se trenzan las crines de caballo o de vaca para hacer el «reyu» (ancestral colador de leche) y entró con Cirilo en una ardua disquisición teórica sobre qué animal tenía pelo de mejor calidad para elaborar esta herramienta quesera.

Pero ¿qué es lo que más ha cambiado en el pastoreo? Cirilo Sánchez y su nieto Ángel señalaron la necesidad de los controles sanitarios y reclamaron que se aumentara la limpieza del proceso de elaboración. «Nadie se ha muerto de una intoxicación nunca en el puerto», replicó Emilio Suero, antes de que todos alabaran las promesas de inversiones para poner en marcha un proyecto piloto que permitirá que las condiciones sanitarias de elaboración de queso del puerto sean las exigidas para poder etiquetarlo con denominación de origen.

El debate más duro llegó con el de la pervivencia del pastoreo. «Jamás la vida del puerto volverá a ser lo que fue, es una cultura que se acabó», aseguró Emilio Suero, mientras que Manuel Remis reivindica el ecologismo de los pastores de entonces y cómo su trabajo mantenía vivo el ecosistema de los Picos. «El puerto ahora está lleno de jabalíes y lobos, y si matas a un lobo tienes tanto delito como si matas a una persona», destacó el abuelo Remis antes de incidir en que las autoridades «protegen más a un animal baldío, que no da nada que a los pastores, que quieren seguir con lo que siempre hicieron». Cirilo Sánchez achacó también el aumento de lobos al descenso de pastores, recordó que hubo tiempos en que sólo de Onís subían 80 pastores al puerto y que en total había 1.000 en los Picos. «No había un sitio por donde no se anduviera», recordó antes de que su nieto Ángel hiciera hincapié en que «los chavales ahora no quería ir para allá porque es muy duro».

Fuente de información: lne





Este artículo proviene de Asturias, informacion, turismo, Asturias Natural
http://www.asturiasnatural.com

La dirección de esta noticia es:
http://www.asturiasnatural.com/modules.php?name=News&file=article&sid=817