Nava amaneció ayer, como es
costumbre el domingo del Festival de la Sidra, con la desolada imagen de un
campo de batalla recién abandonado. Los últimos noctámbulos, que sin quererlo se
habían convertido en los primeros domingueros que se ponían al sol, convivían a
primera hora con las barrenderas y las mangueras a presión, que trataban de
adecentar la villa para lo que vendría a media mañana, el concurso de
escanciadores, uno de los más prestigiosos, -si no el más- de toda Asturias.
Los mosquitos, hormigas aladas
que casi siempre anuncian lluvia hacían acto de presencia en la plaza del
Ayuntamiento naveto, atraídos quizá por la humedad relativa del aire y la
absoluta del suelo, regada durante toda la noche por la sidra y otros líquidos
no confesables.
A las doce del mediodía
comenzaba el concurso de escanciadores de sidra, que contó en esta edición con
treinta participantes, un número cercano al de otros años. Durante casi dos
horas los participantes demostraron sus habilidades ante un jurado formado por
expertos sidreros y lagareros.
El ganador del certamen fue
Pablo Costales, de Gijón, un experto en estas lides que ya fue campeón de
Asturias en 2003, año en el que quedó segundo en el concurso naveto. Tras
Costales, se clasificó la naveta Susana Ovín, que fue campeona de Asturias el
año pasado y en 1999. El tercer puesto fue para Darwin Sanipatin, que en 2002
ganó el concurso de escanciadores de Pola de Siero.
La plaza del Ayuntamiento de
Nava se llenó durante el concurso. Una sesión vermú bañada por el sol en la que
había todavía mucha sidra para echarse entre pecho y espalda mientras se
comprobaba la habilidad de los participantes.
La Asociación de Lagareros de
Asturias ofreció, durante el certamen y la entrega de premios que tuvo lugar en
los soportales del Ayuntamiento, una degustación gratuita de sidra, por si algún
despistado no se había enterado todavía de donde estaba.
Hacia las dos y media de la
tarde se terminaron los actos. El público, sin embargo, tenía la oportunidad de
seguir la fiesta. El chigre estaba abierto todavía, y además el municipio, por
primera vez, habilitó una pantalla de televisión en lo que en la noche del
sábado fue el escenario de los grupos musicales para seguir la carrera del
asturiano Fernando Alonso en el gran premio de Gran Bretaña de Fórmula 1.
Y para los profesionales de la
fiesta, aquellos que aguantan carros y carretas y no están dispuestos a perderse
nada, quedaba una sorpresa dominical. Por la noche, el Ayuntamiento contrató la
actuación estelar de la estrella televisiva del humor 'Marianico el Corto', que
contó chistes, cantó canciones siempre subidas de tono y puso la guinda kitsch
al desparrame y el exceso que volvieron a dominar Nava por unos días.
Fuente de información:
ElComercioDigital