El Ayuntamiento de Gijón trata
de boicotear el Derrame. Esto es lo que cree Enrique Granda, organizador del
festival, que cerró su décima edición el pasado domingo, con una asistencia que
llegó a los 19.000 espectadores. Granda alegó que considera que "son un cúmulo
de cosas las que nos hacen pensar esto". En primer lugar, habló de una posible
contratación de Carlinhos Brown. "Nosotros estábamos interesados en traerle,
para que él, junto a David Trueba, fuera el protagonista del Derrameidea,
contándonos como había utilizado su éxito en la música para luchar contra la
pobreza de su país". Granda explicó que estuvieron en contacto con el músico,
pero que su oferta era mucho menor que la que podía ofrecer un ayuntamiento.
Otro de los detalles que apuntó
fue la situación con el grupo Orishas. "A pesar de que el caché del grupo
suponía mucho para el festival, consideramos que era rentable", explicó, "pero
pusimos dos condiciones; que el grupo no tocara antes en Asturias, y que tampoco
lo hiciera, ni se anunciara un concierto, hasta pasado un mes de su actuación en
Pravia". Según Granda, otra vez el ayuntamiento de Gijón entorpeció la labor del
Derrame. En esta ocasión, contratando a los Orishas un mes y seis días más tarde
del Derrame, "y con una filtración a la prensa que nos perjudicó mucho." Por
último, Granda habla del concierto de Hombres G y El Canto del Loco, programado
por el consistorio gijonés el mismo día de la apertura del Derrame. Para Enrique
Granda, todo esto pudo estar motivado por "una preocupación por parte del
Ayuntamiento de Gijón, porque éste es un evento que les hace sombra".
Por otro lado, Granda comentó
que consideraba que "no se le da al Derrame la importancia que tiene", sobre
todo por cuestiones económicas. "El Derrame mueve más de 1.200.000 euros". En
cuanto a esto, destacó que "todas las empresas contratadas para el Derrame son
asturianas, algo a tener en cuenta".
Fuente de información:
LaVozdeAsturias