El camino de los sentidos
Fecha Viernes, 10 septiembre a las 14:23:48
Tema Cultura


El origen del Camino de Santiago, las personas que lo impulsaron, las sendas que dibujó el tiempo, los escenarios en los que se escribieron sus verdades y aquellos que sólo narraron leyendas se unen en 'Europa fue Camino. La peregrinación a Santiago en la Edad Media', una exposición que recrea costumbres, lugares y olores, invitando a viajar con los sentidos varios siglos atrás. Distribuida en varios ambientes, se puede visitar en una carpa situada en el Campo de San Francisco, que ayer inauguró el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo.

'Europa fue Camino' convierte, pues, al visitante en viajero, y como a tal se le saluda con una serie de planos de viaje, entre ellos el mapamundi de 'Los Comentarios al Apocalipsis del Beato de Liébana', del siglo II. Su cometido es marcar, además de lugares, los tiempos. «Siguiendo sus límites se puede observar la evolución del mundo a través de los siglos, desde la desintegración del imperio romano hasta el final de la Edad Media», explica el profesor de la Universidad de Santiago y comisario de la muestra, Juan Manuel Monterroso Montero.

Consultados los mapas, el viajero-visitante puede sumar conocimientos con un audiovisual o seguir ruta bajo una vía láctea que, a decir de Luis Reverter, secretario general de la Fundación la Caixa, a cuyos recursos se debe este particular homenaje al Xacobeo, «es una especie de juego, ya que la senda jacobea también fue llamada el Camino de las estrellas, porque éstas guiaron al caminate durante muchas lunas».

Aromas del medievo

A partir del techo estelar, toda la exposición discurre de noche, convirtiendo la iluminación en elemento de singular importancia en las escenografías. Otro serán los olores.

Cada ámbito se presenta con un aroma. Así, en el mercado creado para seguir los pasos de los primeros peregrinos huele a las frutas de la época, en la botica a los untos para pies doloridos y hierbas para sanar males medievales. Y en la catedral de Santiago, cuya nave central se reproduce, con una suerte de espejos y un cuarto de columna, huele a incienso.

Pero antes de frutas, medicinas y templo, el visitante podrá viajar al origen del Camino. Se enfrentará, como lo han hecho los estudiosos, con la historia certificada y el mito. Asegura Monterroso que «lo más difícil de la exposición ha sido casar los documentos con las leyendas porque los testimonios reales son mínimos y la literatura múltiple». Para dar cuenta de los primeros se propone un escritorio monacal con sus arcadas de piedra y sus pupitres de madera, es el 'scriptorium'.
Allí nace el 'Códice Calixtino o Liber Sancti Jacobi', que también está presente en este escenario destinado a contar cómo y cuando empieza el Camino a Santiago, algo que asimismo pretenden la interpretación de una cueva o 'eremitorio' («símbolo del origen del culto al santo, que evoca el eremitorium de Pelayo») y el recordatorio del martirio, traslado e 'inventio' de la ruta. En el tránsito hacia la siguiente recreación de escenarios, la exposición muestra una serie de retratos «todos al óleo», remarca Luis Reverter, de los hombres que lucharon por dar lustre al recorrido mesetario de Francia a Galicia.

Abre la galería el rey Alfonso II, «primer gran peregrino», le siguen Carlo Magno, que también continuó sus pasos en el Camino de Santiago; Ramiro I, Calixto II, el obispo Diego Gelmírez, el fundador de la orden de Santiago Pedro Fernández y los Reyes Católicos.

Frente a los ilustres monarcas el mapa de las muchas rutas que con el tiempo fueron dibujando un Camino que es múltiple y diverso, pese a la unicidad de su nombre.

Personajes y geografías son la antesala de un mercado donde la información va mucho más allá de la anécdota escenográfica y olfativa. «En estos lugares se narra la actividad económica del mundo medieval. Los alimentos, las herramientas, los manufacturados e, incluso, los instrumentos musicales hablan de una época, de un ir y venir de peregrinos que traían y llevaban cultura y que lo hacían realmente porque todo lo que aquí se expone tiene sus referencias en los códices», recuerda el comisario, que hace hincapié en el cruceiro levantado en mitad del mercado.

Las infraestructuras

La ruta sigue para el visitante con un encuentro con las técnicas de construcción. Un andamio y varios capiteles mantienen al viajero-visitante en el pasado más lejano. Da cuenta este ámbito de que las nuevas sendas obligaron a crear nuevas infraestructuras.

Explica Monterroso que «no bastaba con la protección ideológica y política y por eso se planifica una red de caminos, que configura un sistema de vías rápidas y seguras, equipadas con sus correspondientes hospitales y posadas».

Entre las nuevas edificaciones, aparecen los escaparates. Los plateros y azabacheros son principales en la ruta y la exposición, que tras las vitrinas se adentra en un hospedaje de peregrinos, donde aguarda un camastro de madera («solían ser de paja», advierte Monterroso) y nuevos olores a especias.

Es el prólogo de la botica «donde se aplicaban ungüentos a los caminantes cansados y se administraban remedios para los principales males. Explica aquí el comisario que en este rincón lleno de hierbas y saber se esconden los conocimientos que llegaron del mundo musulmán.
«Es un gran taller de alquimista que detecta la mezcla de culturas que provocó el ir y venir de los peregrinos».

Para cerrar el viaje, 'Europa fue Camino' propone un encuentro monumental. Sobre la ruta francesa recrea las más importes construcciones. Cerca de ellas el ara funeraria de Santiago y culminando la muestra, su catedral.

JUAN MANUEL MONTERROSO, PROFESOR DE HISTORIA DEL ARTE «Los orígenes de la ruta son mitad reales, mitad leyenda»

Juan Manuel Monterroso Moreno y sus conocimientos hicieron ayer del Camino de Santiago el protagonista absoluto de la jornada cultural asturiana. Si por la mañana ejercía, como comisario de la exposición 'Europa fue Camino', de cicerone en su recorrido inaugural; por la tarde centraba su saber en las actividades paralelas a otra gran exposición jacobea, 'Luces de peregrinación', abierta en la sala del Banco Herrero. Invitado por el Gobierno asturiano ofrecía Monterroso una conferencia en sobre las dimensiones culturales del camino en el Museo de Bellas Artes de Asturias.

-¿Tras tantos meses de trabajo en la historia del Camino de Santiago, cómo observa el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia?

-Como algo tremendamente justificado. El Camino va contra la globalización actual e incide en las señas de identidad de cada lugar por el que pasa, destacando su individualidad por encima de toda unificación cultural. Creo que esa diversidad justifica en sí mismo ese reconocimiento.

-¿No cree que las rutas jacobeas han influido también en los lugares que las marcan?

-Si ese es el otro ámbito en el que incide mi discurso. Por un lado, se mantiene la identidad individual de los escenarios, la cultura de cada lugar y, por otro, es cierto que el Camino de Santiago también ha ido aportando influencias.

-¿Qué hay de realidad en la historia que se narra de los orígenes del Camino y cuánto de mito?

-Mitad y mitad. Está claro que conocemos sobre cómo empezó todo en la ruta jacobea es mitad real y mitad leyenda. De hecho lo que se ha intentado con la exposición de Oviedo es revisar los hechos, desde esa dualidad. A sabiendas de que en un tanto por ciento son históricos y en otro pura tradición, vamos, totalmente legendarios, contamos cómo se llegó al establecimiento de Santiago como lugar de peregrinación. Pero lo cierto es que crecen las referencias y las pruebas tangibles van certificando la verdad de los hechos. Se habla de un sepulcro importante que pudiera ser esencial en la datación histórica.

-Ahora que habla de sepulturas religiosas, da la sensación de que 'Europa fue camino' se narra desde los puntos de vista cultural, geográfico, histórico, legendario, incluso, político y olvida algo el sentido religioso de la senda jacobea.

-Ha sido algo totalmente premeditado. Hemos querido que fuera una exposición absolutamente didáctica, de orientación pedagógica sobre cualquier otra cosa y de manera voluntaria se ha dejado un poco de lado el hecho religioso, que, sin duda, es importante.

FUENTE: El Comercio Digital





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