Poco ha cambiado en los Picos 
en los últimos diez años. Hoy se cumple la primera década de existencia de este 
parque nacional, un cumpleaños que celebra inmerso en un estado de 
incertidumbre. Una constante, que en menor o mayor grado, se ha venido 
repitiendo desde que el 31 de mayo de 1995 el parque de la Montaña de Covadonga 
se convirtiera en el Parque Nacional de los Picos de Europa, integrado por 
territorio de Asturias, Cantabria y Castilla y León y el segundo más extenso de 
España. 
    Desde entonces, este espacio 
protegido ha servido de escenario de las más diversas batallas políticas. Hasta 
la declaración de monumentos naturales en el interior del parque era capaz de 
propiciar una polémica entre socialistas y populares. Sin olvidar el bochornoso 
anuncio de que se había obtenido la distinción de Reserva de la Biosfera, a 
pesar de que no era así. Al poco tiempo, la Unesco concedía efectivamente este 
galardón al espacio protegido, pero en la mente de todos quedaba aquel equívoco.
Ahora, el parque afronta su 
futuro marcado por serios interrogantes. Se acaba de anular por parte del 
Tribunal Supremo el Plan Rector de Uso y Gestión, aprobado en 2002 tras años de 
debates. Y además, este será el último año en el que el Estado gestione el 
parque nacional. Dentro de poco, serán las autonomías las encargadas de esta 
labor, también en virtud de una sentencia judicial, aunque en este caso del 
Constitucional, que aparta de esta gestión al Gobierno central. 
Norma para la gestión 
Una de las primeras cuestiones 
que habrán de abordar será elaborar uno o tres planes rectores. Si antes era una 
cuestión de voluntad, ahora es de pura necesidad. Los Picos de Europa carece de 
normativa y son muchas las cuestiones que quedan por fijar dentro de este nuevo 
planteamiento. Entre otras, quién dirigirá el parque. El actual director de los 
Picos de Europa, Rodrigo Suárez Robledano, llegaba al cargo semanas antes de 
conocerse la sentencia del Constitucional. A pesar de las llamadas a la unidad 
desde las autonomías, sí ha quedado claro que Castilla y León preferiría que 
hubiera tres directores, uno por región. La posible ampliación del parque 
también está en el aire, con municipios como Peñamellera Baja interesados en 
aumentar el territorio que aportan, o el cántabro de Peñarrubia que busca formar 
parte del espacio protegido. 
En cuanto a la población que 
alberga el parque, tampoco se ha avanzado demasiado en estos años. Los vecinos 
y, más concretamente, los pastores han visto cómo siguen haciendo frente a las 
limitaciones que implica vivir en los Picos de Europa, pero no reciben nada a 
cambio, sólo promesas que no terminan de hacerse realidad. 
Eso sin olvidar los ataques de 
los lobos a los rebaños que pastan en el interior del Parque Nacional de los 
Picos de Europa, una situación que amenaza con acabar con la ganadería 
tradicional. 
Fuente de información: 
ElComercioDigital