Fernando Alonso se alió con la
suerte en el Gran Premio de Europa, salió airoso de una 'montonera' en la salida
y aprovechó el accidente de Kimi Raikkonen en la última vuelta -rompió la
suspensión delantera derecha dañada tras sus dos salidas de pista durante la
carrera- para sumar su cuarta victoria de la temporada -la quinta de su carrera
deportiva y la quinta también de Renault este año- y dar una fabulosa dentellada
al Mundial de Fórmula-1.
El piloto asturiano amplía así
en diez puntos su ventaja al frente de la clasificación y ya le saca 32 al
finlandés de McLaren y a Jarno Trulli. La segunda posición final fue para el
piloto alemán de BMW-Williams, Nick Heidfeld, que cruzaba la línea de meta a 16
segundos de Alonso y con dos de ventaja sobre el Ferrari de Rubens Barrichello,
tercer clasificado.
El ovetense partía de la
parrilla de salida en la sexta posición, pero la acertada estrategia de su
equipo y la dureza de la carrera, accidentada desde la primera curva, fueron
ayudando a Fernando a remontar posiciones hasta alcanzar el segundo puesto. Sin
embargo, la suerte le tenía reservado un postrero regalo con el que no contaba:
el abandono de Kimi Raikkonen, líder hasta la última vuelta, pero víctima del
deterioro de uno de sus neumáticos delanteros.
Hace apenas una semana las
gomas le jugaron una mala pasada al ovetense en Mónaco, pero ayer la fortuna le
sonrió al piloto de la marca francesa, ahora más líder del Mundial que nunca,
cuando la suspensión del McLaren-Mercedes de Kimi decía basta a falta tan sólo
de una vuelta para la conclusión de una carrera que el finlandés ya tenía en el
bolsillo.
El asturiano había ido
reduciendo su desventaja con Raikkonen en las últimas 20 vueltas una vez el
nórdico comenzó a experimentar problemas de desgaste en sus neumáticos, debido a
una salida de pista y a varias frenadas al límite. Ello ocasionó que la rueda
delantera derecha quedara semicuadrada, provocando unas terribles vibraciones
durante los 15 últimos giros, que finalmente provocaron la rotura de la
suspensión. «Todos en el equipo valoramos reducir el ritmo al ver las
vibraciones que generaba la rueda, pero decidimos, incluido el piloto, seguir a
tope para ganar», comentó Ron Dennis director del equipo McLaren.
La presión de Alonso surtió
efecto ya que obligó a la escudería plateada a arriesgar al no hacer entrar a
Raikkonen en boxes para cambiar el neumático dañado, una decisión que se
demostró errónea. Kimi se quedaba fuera de carrera y se veía obligado a volver a
boxes andando, mientras el asturiano cruzaba en primer lugar la línea de meta y
levantaba su mano señalando con sus dedos las cuatro victorias que ya acumula en
2005.
El precio pagado por Raikkonen
fue carísimo. Aunque Alonso le hubiera adelantado en la última vuelta (se
encontraba a un segundo y medio del finlandés en el momento de la catástrofe),
el subcampeón de 2003 hubiera acabado segundo y sólo habría perdido dos puntos
sin apenas consecuencias en el Mundial.
Montonera inicial
La carrera, no obstante,
también había comenzado de una forma bastante accidentada. El Renault de
Fisichella se quedó clavado en plena parrilla, lo que obligó al piloto italiano
a salir desde boxes y al juez de carrera a ordenar una segunda salida,
reduciendo la distancia de la carrera a 59 vueltas. Una vez los semáforos rojos
se apagaron, Kimi Raikkonen salió muy bien y le arrebató la primera posición a
Nick Heidfeld, que había partido desde la 'pole', en la primera curva del
circuito. En ese mismo punto, el Williams de Mark Webber se pasaba de frenada y
se salía a la gravilla, llevándose por delante al McLaren de Juan Pablo Montoya.
El australiano veía cómo ahí se
acababa su participación. En ese tapón que se formaba en el primer viraje,
Alonso también se veía embestido por el Toyota de Ralf, que, al mismo tiempo,
perdía su alerón delantero al subirse por encima del Renault del asturiano. El 'hermanísimo'
rompió media pared izquierda del alerón trasero de Fernando, pero la
aerodinámica del R25 no resultó afectada, acompañando al líder la suerte de los
campeones.
Kimi, vencedor de las dos
últimas carreras en Barcelona y Mónaco, comenzaba a abrir hueco respecto a sus
perseguidores -Nick Heidfeld, Jarno Trulli (Toyota), David Coulthard (Red Bull)
y Fernando Alonso-. El piloto asturiano no podía seguir el ritmo de Raikkonen,
ya que se veía frenado por Coulthard, mientras que Heidfeld se mantenía a una
distancia de unos tres segundos del finlandés. Desde la sesión de calificación
del sábado parecía claro que Heidfeld iba bastante descargado de gasolina y eso
se confirmó cuando el piloto alemán entraba en boxes por primera vez en la
vuelta 12. Su estrategia de carrera era a tres paradas, mientras que la de
Raikkonen y Alonso era claramente de dos. Ahí iba a estar una de las claves del
gran premio, ya que, aunque el de Williams estuvo rodando durante gran parte de
la prueba por delante del ovetense, éste finalmente le ganaba la posición cuando
Heidfeld entraba a repostar, por tercera y última vez, a falta de 12 vueltas
para el final.
Por detrás, Barrichello
conseguía su segundo podio de la temporada, el tercero de Ferrari, pero los
bólidos rojos siguen muy lejos de sumarse a la lucha por el título. Michael
Schumacher, que corría en casa, tuvo que conformarse con el quinto puesto, por
detrás de un David Coulthard (Red Bull) que también coqueteó con el podio y
hasta fue líder en algún momento de la carrera.
Fuente de información:
ElComercioDigital