La magistrada francesa y
presidenta del primer Parlamento Europeo elegido en 1979, Simone Veil, ha sido
galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional por
su «europeísmo». El fallo fue dado a conocer ayer en Oviedo por un jurado
presidido por Leopoldo Calvo-Sotelo, que resaltó «su coherencia, fuerza y
constancia en la defensa de valores y objetivos en un momento histórico en el
que están apareciendo ciertas dudas y vacilaciones con respecto al futuro de
Europa y a su propia identidad».
La concesión del Premio se
produce en vísperas del referéndum en Francia para respaldar la Constitución
Europea, lo que ha conducido al ex presidente del Parlamento Europeo y miembro
del jurado, Enrique Barón, a calificar de «muy oportuno» el momento, en el que
el resultado de la consulta francesa aparece incierto. También el ex ministro
español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja Aguirre, había defendido la
candidatura de una mujer «apasionadamente europeísta», dijo.
El jurado presenta a Simone
Veil en el acta de concesión del Premio como «una de las personalidades más
representativas de la Unión Europea y que con mayor tenacidad ha contribuido a
su integración» y señala que «se ha caracterizado siempre por la defensa de la
libertad, la dignidad de la persona, los derechos humanos, la justicia, la
solidaridad y el papel de la mujer en la sociedad moderna», por lo que «encarna
los ideales y realizaciones de una Europa unida y la proyección de los valores
europeos al resto del mundo».
Su vida política está
claramente marcada por la defensa de los derechos humanos y, de forma especial,
de los emigrantes y las mujeres. Su candidatura al Premio Príncipe de Asturias
de Cooperación Internacional 2005 había sido propuesta por el eurodiputado
socialista español y ex presidente del Parlamento Europeo, Enrique Barón, en las
horas previas al inicio de las deliberaciones del jurado del que él mismo formó
parte. Todos los miembros de los jurados de estos galardones tienen derecho a
presentar candidaturas.
Simone Veil sobrevivió al
holocausto nazi y dirigió su carrera hacia la política, donde destacó siempre
como convencida europeísta y defensora de los derechos humanos y, en especial,
de la mujer. A sus 77 años, Veil, que fue presidenta del primer Parlamento
Europeo elegido por sufragio universal, sigue trabajando por sus ideales y a
principios de mayo pidió una excedencia del Consejo Constitucional francés para
entrar en campaña por el "sí" en el referéndum sobre la Constitución, que se
celebrará este domingo en su país.
Ex ministra de Asuntos Sociales
y Sanidad del Gobierno francés, nació en Niza el 13 de julio de 1927. De origen
judío, realizó sus primeros estudios y el bachillerato en su ciudad natal, pero
en marzo de 1944, con 16 años, fue deportada con su madre y su hermana al campo
de concentración de Auschwitz, a donde regresó este mes para participar en el
sesenta aniversario de la liberación.
Allí vio morir a su madre,
mientras su padre y su hermano desaparecían víctimas del holocausto. Una vez
liberada, en mayo de 1945, se instaló en París, donde se licenció en Derecho y
se diplomó en el Instituto de Estudios Políticos. Casada desde 1946 con Antoine
Veil y con tres hijos, ingresó en 1957 en la magistratura y entre 1970 y 1974
fue secretaria general del Consejo Superior de la Magistratura.
Durante el mandato presidencial
de Giscard D´Estaing se convirtió en la primera mujer ministra de la Quinta
República, en 1974, al ser elegida responsable de Sanidad y Seguridad Social.
Ocupó esa cartera durante cinco
años, en los que modernizó la organización hospitalaria francesa. Además de
luchar a favor de los anticonceptivos, su nombre quedaría ligado para siempre en
Francia a la despenalización del aborto, al aprobarse en 1975 la denominada ley
Veil .
Fuente de información:
LaVozdeAsturias y LaRioja