TRISTEZA INFINITA
Fecha Lunes, 23 mayo a las 16:39:21
Tema Opinión


El grupo musical portugués Madredeus lleva por los escenarios de medio mundo sus canciones de amor, de tristeza, de infinita saudade , la palabra de imposible traducción al español; algo parecido a la morriña que anida en los pueblos gallegos y asturianos.

La morriña, pese a las lluvias y nieblas de estas tierras, se salva con el sentido del humor; Oscar Wilde declaraba que no sabía si la niebla inglesa producía hombres tristes o eran los hombres tristes los que creaban la niebla.

Otro escritor, en este caso francés, Víctor Hugo, decía a su vez que la melancolía es la dicha de estar triste, y todos los portugueses, primero o después tienen la dicha de permanecer tristes; en las soleadas tierras del Alentejo, o en la Extremadura atlántica, la niebla dura poco tiempo cuando aparece, y pese a todo sus gentes llevan la marca de la tristeza en el rostro, el puñal de la melancolía en el tapiz de su historia; el imperio luso yace en el fondo del mar como si fuese un galeón chapado en oro con las bodegas llenas de plata; el Rey Sebastián no regresará jamás y todos los esfuerzos de un nuevo imperio también desaparecen entre las aguas; el imperio moderno de este apasionado país reside en su poesía, comenzando por Fernando Pessoa y terminando en canciones que algunas veces se dicen fados.

Las canciones de amor salen de la garganta de Amália Rodrigues y de estos sus hijos llamados Madredeus , que nacieron en Lisboa y acaso en el barrio de este nombre: Madre de Dios... Las falúas del Tajo cruzan fantasmales con las almas de los enamorados, en el monasterio de Alcoba§a, dentro de sus sarcófagos permanecen despiertos Inés de Castro y el rey don Pedro, Mariana Alcoforado, desde su celda del más allá o ahora mismo en Beja clama por el amor perdido, por la patria herida, por todos los portugueses que arrastran por el mundo una tristeza que no tiene remedio.

Portugal, el país, la nación, la tierra o ensueño, que los viajeros le dicen el más romántico de Europa, el más triste, el más enamorado, tiene un secreto que Nuno de Figueiredo trata de explicar, de comprender la noche sin luz de estrellas, nos dice que existe "una manera portuguesa de amar, una de las características de la forma portuguesa de estar en el mundo", y de encararse a la vida.

El pueblo luso ha abdicado de las aventuras ultramarinas para entregarse a las aventuras del amor; como siempre el corazón sale herido en estas luchas o escaramuzas; las voces de los cantantes, los versos de los poetas, no pueden explicar lo que es inexplicable. Corazones cargados de pasión se hunden en las aguas del Tajo o del Duero, en los valles y barrancos de Tras-Os-Montes, mientras que Amália Rodrigues, Teresa Salgueiro, incluso María Bethania, nos lloran desde los escenarios o en el tocadiscos, susurrando frases, palabras conocidas que suenan a algo nuevo: Ya no tengo esperanza de verte, muero de melancolía paseando por las ruas de Lisboa, por el barrio de Ai Mouraria, mueren los veranos de la esperanza y los amores no llegan, el pulso se debilita, todos los hombres y mujeres del mundo siguen su camino bajo el triste signo por caminos de rosas marchitas.

La guitarra pone también su voz desgarrada como complemento de la letra, formando una cerrada ostra con una perla negra dentro; una perla desconocida que unos y otros, público y cantante, tratan de descubrir, en teatros o en bares del Barrio Alto lisboeta. Es el fado el que llena las noches de la capital? Es la niebla que en los meses de invierno sale del Tajo? Es la sombra de Amália, de Pessoa, del rey Sebastian? Los escenarios de medio mundo se preparan para el llanto, Lisboa alza los telones de la melancolía para los viajeros que buscan el amor en la romántica ciudad, los portugueses pasan hieráticos metidos en una solemnidad de lejanos tiempos, cuando los caudillos y los navegantes buscaban oro y amor en lo desconocido, más allá de los mares, muy lejos de su recoleto país.

PORTUGAL

 Es un imán para los viajeros de los tiempos modernos; España ya no es exótica y sus Cármenes se han apolillado en libretos franceses o en músicas mediterráneas. Permanece, para el viajero, el país del amor y del misterio, una pequeña franja de tierra golpeada por las olas del Atlántico; cuando el viajero se da cuenta de que los días o semanas de vacaciones han terminado cierra la maleta, con un gallo de Barcelos entre la ropa y la melancolía en el corazón.

Las Cármenes ya no esperan en España, los viajeros melancólicos regresan tristes de Portugal con el deseo de volver, pues el amor y la tristeza son drogas muy poderosas que hacen a los seres humanos más infelices. Y de eso se trata.

Escrito por Victor Alperi

Fuente de información: LaVozdeAsturias







Este artículo proviene de Asturias, informacion, turismo, Asturias Natural
http://www.asturiasnatural.com

La dirección de esta noticia es:
http://www.asturiasnatural.com/modules.php?name=News&file=article&sid=495