El Ayuntamiento de Cangas del
Narcea, a través de la concejalía de Festejos, planea construir un museo
dedicado a la «descarga», la oración de pólvora que la Sociedad de Artesanos
«Nuestra Señora del Carmen» dedica a la virgen carmelitana todos los 16 de
julio, festividad del Carmen, a las ocho de la tarde.
El emplazamiento elegido, según
José Luis López Díaz, edil de Festejos, es la antigua «casa de la eléctrica»,
situada en el prao del Molín, lugar desde donde se realiza el centenario
disparo. «Nuestra intención es crear un museo que sirva de referente turístico
en el que se recoja la historia de la descarga y la propia Sociedad de
Artesanos». Para ello, López Díaz se ha puesto en contacto con los responsables
de la centenaria sociedad, que han dado el visto bueno y se han mostrado
dispuestos a colaborar en el proyecto aportando el material que sea necesario.
El área expositiva, como
adelantó López Díaz, estaría compuesta por numeroso material gráfico de la
«descarga», así como réplicas de los tipos de voladores que se utilizan en el
disparo y diversos tramos de máquina, tanto metálicos como de madera. Del mismo
modo, también se prevé instalar equipos audiovisuales en los que los visitantes
puedan visionar los disparos y comprender la sistemática del acontecimiento.
Para concluir la visita, López Díaz no descarta que se ofrezca la posibilidad de
disparar a mano un volador a cada uno de los visitantes.
Los primeros datos que se
tienen de la Sociedad de Artesanos se remontan al 17 de julio de 1902, día en
que se funda con el objeto de colaborar en la organización de la «descarga».
Pero la «descarga» aparece como tal en 1892 en una crónica del Correo de
Asturias en la que se precisaba que «se dispararon muchos voladores, terminando
con una gran descarga cuando la Virgen pasaba el puente donde se unen los ríos
Luiña y Narcea». En 1897 aparece la primera pirotecnia local, Cantarín, a la que
no tardaría en sumarse el taller de Maximino Fernández «Tarrabeño».
Los primeros 52
La primera junta directiva
estuvo presidida por Laureano Francos Suárez. Por entonces, la sociedad contaba
con 52 socios, que abonaban una cuota anual de 50 reales, cuyo destino
fundamental era la descarga de voladores y la comida de hermandad de los socios.
Ambos actos, junto a la jira a Santana, siguen siendo hoy en día la esencia de
la sociedad. Actualmente, la Sociedad de Artesanos cuenta con 2.300 socios y
está presidida por Pablo Fernández.
Fuente de información: lne