El presidente de la Federación
de Cofradías Asturianas, Dimas García, asegura que no puede haber un escenario
satisfactorio de resolución de la crisis del bocarte que excluya a Francia de
las negociaciones. García argumenta que las consecuencias de la sobreexplotación
de este recurso pesquero también las está notando la flota del país vecino, con
quien España mantiene desde hace años acuerdos comunitarios de intercambio y
reparto de cuotas de captura que afectan a esta pesquería en aguas del Golfo de
Vizcaya.
«Nosotros apenas hemos llegado
a 200.000 kilos de bocarte en todo el Cantábrico noroeste, pero nos consta que
los franceses se encuentran en una situación similar», señaló Dimas García.
Por este motivo, el responsable
de las cofradías asturianas considera que la declaración de la actual costera
como catastrófica pierde validez si no se realiza en el marco de la Unión
Europea. «Se trata de una negociación complicada, porque afecta a dos países,
pero cualquier otra solución alternativa sólo sería poner parches al problema»,
reconoció el mandatario.
Los pescadores del noroeste
Cantábrico responsabilizan al Gobierno central de la mala gestión de la
pesquería desde 1986. Ese año se dio parte de la cuota sobre esta especie a
Francia a cambio de contraprestaciones en materia pesquera. Las comunidades
autónomas afectadas por la crisis del bocarte consideran que aquella decisión
gubernamental ha contribuido con el tiempo a esquilmar el caladero en aguas del
golfo de Vizcaya. El problema reside en que mientras la flota de bajura española
ha utilizado siempre sistemas artesanales, las embarcaciones francesas emplean
sistemas pelágicos, mucho más agresivos para los ecosistemas marinos.
Dimas García afirma que la
situación se ha tornado crítica para la flota de cerco del Cantábrico. «Nunca
padecimos una costera tan mala. Ni siquiera cuando se produjeron los vertidos
del 'Prestige', en que se pescaron 8.000 toneladas», recordó. Si no llegan
pronto las compensaciones económicas que se solicitan para la supervivencia de
las personas que viven de la mar, el presidente de la federación de cofradías
asturianas augura un negro futuro para la actividad de bajura. «Hay ahora mismo
410 barcos que faenan en todo el Cantábrico que están amenazados de muerte»,
manifestó rotundo el representante de los pescadores de la región, que cifra en
5.000 los tripulantes afectados por la ausencia de capturas de bocarte.
«La gente se nos va a ir y se
van a vender los barcos para chatarra, porque tras las grandes inversiones
realizadas sólo están preparados para el cerco», lamentó.
García además hace extensivo el
peligro a la supervivencia de la industria conservera vinculada a la anchoa. «Es
una cadena. Una cosa lleva a la otra. Ahora las conserveras asturianas están
trayendo la materia prima de países como Noruega, pero no tiene nada que ver con
la calidad del bocarte del Cantábrico», agregó Dimas García.
Allanar el camino
El también patrón mayor de
Tazones tiene previsto reunirse hoy con la consejera de Agricultura y Pesca,
Servanda García, y con el director general del ramo, Alberto Vizcaíno. El
representante de los pescadores asturianos explicará a ambos el borrador
consensuado el sábado en Santander con sus homólogos de Galicia, Cantabria y el
País Vasco. Precisamente el documento con el que las cuatro comunidades
afectadas por la crisis del bocarte se sentarán a negociar mañana con la
ministra de Agricultura y Pesca, Elena Espinosa. «Pediremos apoyo al Principado
para que, en la medida de sus posibilidades, nos allane el camino con vistas a
la reunión de Madrid», aseguró García.
En el texto acordado por las
cofradías del noroeste Cantábrico se plantea, entre otras medidas, establecer
una veda o cierre del caladero de bocarte de dos años como mínimo y que la cuota
de esta pesquería sea controlada en el futuro por la flota de bajura.
Fuente de información:
ElComercioDigital