Una catedral llena hasta la
bandera, vítores de espontáneos que incluso pedían autógrafos, una estrella
brillando en el cielo (el sol) y otra en el suelo (Woody Allen) marcaron el
entorno que recibió a la curia española puesta de largo ayer para la ordenación
como obispo auxiliar de Oviedo de Raúl Berzosa. Eso sin olvidar que 'todo'
Asturias, con el presidente regional a la cabeza, y Burgos, con la presencia
homólogo de Areces, Juan Vicente Herrera, quisieron rendir honores al flamante
'ayudante' de Carlos Osoro.
Lo cierto es que Ánder Azcárate,
el más famoso cazaautógrafos de la región, no daba abasto ayer ante tanto
purpurado al que pedir la rúbrica, ya que en la ceremonia participaron 250 curas
y hasta veinte obispos, entre los que se encontraba el presidente de todos ellos
y el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, y el que, hasta ayer, era 'jefe' de
Berzosa, el arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, y el premio Príncipe de
la Concordia, Julián Barrio, obispo de Santiago de Compostela. Junto a ellos, el
antecesor en el cargo del joven prelado, Atilano Rodríguez, hoy obispo de Ciudad
Rodrigo, y al que éste sustituyó, José Sánchez, obispo de Sigüenza, ambos de
agradable charla con el siempre socarrón arcipreste de Gijón, Fernando Fueyo,
quien, haciendo gala de su acérrimo sportinguismo aseguró que «con Berzosa, este
partido lo vamos a ganar».
Afición entregada
Y por afición que no sea,
puesto que el nuevo obispo de la extinta diócesis de Arcavica, llegó arropado
por un 'pelotón' de fans burgaleses. Uno de ellos portaba una impresionante
pancarta en la que se leía 'Raúl Berzosa Martínez, obispo de Oviedo es, de
Aranda de Duero viene, para servirles bien' que dejó completamente sorprendida a
Verónica Berzosa, la hermana clarisa del nuevo obispo que se convirtió, sin
desearlo, en una de las personas más observadas de la fiesta.
Porque en eso se convirtió la
ordenación del burgalés. En una fiesta en la que los de casa, como el presidente
de la Audiencia Provincial, José Antonio Seijas Quintana, también jugaba con los
de fuera, «soy paisano de Berzosa», confesaba feliz ante Luis Antonio Búrdalo,
coronel de la Zona de Asturias, sorprendido por la belleza de la ceremonia y
encantado por la música de la Escolanía de Covadonga.
No pudo acudir el cardenal
asturiano Francisco Álvarez, que había manifestado su deseo de asistir, pero que
se encontraba enfermo. Sí estuvieron presentes el delegado del Gobierno en
Asturias, Antonio Trevín, y la cúpula del PP en Asturias, Ovidio Sánchez y
Gabino de Lorenzo. Estos últimos marcharon antes del ágape para llegar a tiempo
al homenaje que Álvarez-Cascos recibía en Siero.
Fuente de información:
ElComercioDigital