Asturias, bandera de la F1
Fecha Domingo, 15 mayo a las 15:36:02
Tema Deportes


El presentador de uno de los principales telediarios nocturnos de la televisión italiana abría el pasado sábado así su informativo, uno de los más vistos del país: «El italiano Jarno Trulli ha logrado la pole provisional del Gran Premio de España, en Barcelona. Las gradas del circuito se tiñeron de azul. Pero no azul de la escudería Renault, sino azul de Asturias, la patria de Fernando Alonso, piloto que lidera el Mundial y que ha desatado la locura de la afición española».

Ese sábado, en Montmeló, había cien mil azules para ver un simple entrenamiento, una vuelta de apenas un minuto y medio, y huelga decir que si hay alguna patria del automovilismo esa es Italia, la del «cavallini» de Ferrari, en la que por una noche resonó Asturias.

¿De qué región alemana es Michael Schumacher? Sólo los seguidores de la Fórmula 1 que rozan la excelencia retienen que la bala roja nació en la pequeña Hürth-Hermülheim, en el camino entre Colonia y Bonn, localidad del Estado federado de Renania del Norte-Westfalia. Y aún menos, o ninguno, serán los que recuerden haber visto una bandera de este lander -comunidad autónoma en alemán- en algún circuito del mundo para animar al heptacampeón o la puedan describir siquiera. Con Asturias y su proyecto de campeón ocurre en cambio lo contrario.

Dominio asturiano total

El «fenómeno Fernando Alonso» se puede abordar desde muchos ángulos. Su capacidad deportiva, su repercusión publicitaria, su tirón mediático, su liderazgo televisivo son ya denominador común en las páginas del automovilismo. Hay una derivada simbólica, sociológica, menos tratada pero imparable: su contribución a la universalización de Asturias.

La Fórmula 1 ha adoptado como propios los símbolos del Principado. La marea azul del alonsismo es ya tsumani de grado máximo y cabalga sobre la bandera y el himno de esta tierra, la de Alonso, como emblemas.

Fernando Alonso hace gala de asturiano en su casco, sobre el que lleva grabada la bandera. Por mimetismo -o coincidencia con los colores de su escudería, la francesa Renault- ha contribuido a regionalizar la Fórmula 1 en un fenómeno sin precedentes.

El pasado fin de semana, en el circuito de Cataluña, sólo dos escoceses con faldas y a lo loco, seguidores de Coulthard, ponían la nota local. Lo demás, abrumadora soberanía, banderas de Asturias como capa, banderas de Asturias cubremochilas, banderas de Asturias, gaiteros como flautistas de Hamelin con filas de seguidores, gaiteros modelo para fotógrafos, pipas de sidra, disfraces de don Pelayo, camisetas con la Cruz de la Victoria por delante o por detrás? Alonso ha colocado a Asturias en un escaparate que jamás tuvo en su historia.

El predominio asturiano es total. No existió más enseña el pasado fin de semana en Montmeló que la asturiana. Apenas unas ikurriñas vascas y ninguna senyera catalana. Todo blasones azules con la Cruz de la Victoria tatuada sobre la tela.

Fuente de información: lne







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