La diócesis asturiana no ha
logrado recuperarse de la crisis que sufren los jóvenes con la Iglesia y esta
situación ha tenido su reflejo en la progresiva caída que ha ido experimentando
el número de confirmaciones a lo largo de los últimos siete años. Otros
sacramentos como el matrimonio canónico y la primera comunión también han ido
registrando un paulatino descenso durante el mismo período de tiempo, mientras
que el bautismo es el único que ha mantenido una línea estable.
El informe comparativo, que
engloba desde 1997 a 2004 y se ha efectuado por parroquias, ha sido realizado
por el Departamento de Sociología y Estadística de la diócesis. Su director,
José Ramón Álvarez, reconoce que la "crisis importante que afecta a los jóvenes
a partir de los 15 años", aunque no es la única, es la razón de más peso que
puede llegar a explicar la causa principal por la que la confirmación sufrió
esta caída sostenida. La estadística contabilizó 3.729 confirmaciones en 1997,
cifra que se redujo a 1.134 el pasado año. El descenso, en más del 60%, fue
progresiva. "Nunca hay una sola razón, pero el problema es que la Iglesia no
supo conectar con este sector. El de la confirmación es un sacramento en que la
familia no interviene de una manera activa y depende más de los jóvenes",
asegura.
MENOS NIÑOS
Los bajos índices de
natalidad que lleva arrastrando la comunidad autónoma asturiana han sido los
responsables de que las primeras comuniones no alcancen cifras espectaculares.
José Ramón Álvarez advierte que las cifras de primeras comuniones ofrecieron
índices evolutivos que marcaron una curva descendente en los últimos siete años.
"De las 6.989 que se celebraron en 1997 bajaron a 5.417 en 2001 y a 4.933 en
2004. Esta circunstancia viene motivada por el hecho de que hace una década
nacieron menos niños". Un detalle significativo es que las primeras comuniones
no responden a un componente social exclusivo, de tal forma que "los niños que
hacen la primera comunión pertenecen a familias cristianas", apostilla el
director del departamento de Sociología y Estadística.
Las cifras de matrimonio entre
católicos tuvo un comportamiento bastante sostenido: 3.367 en 1997, 3.371 en
1999, 3.064 en 2001, 3.418 en 2002, 3.150 en 2003 y 2.973 en 2004. Los
matrimonios católico-no católico han aumentado de forma progresiva, pasando de
14 en 1997 a los 30 en 2003, y han descendido de 2003 a 2004, año en el que se
celebraron 24. Para José Ramón Álvarez, el hecho de que el 30% de los
matrimonios opten por casarse sólo por lo civil también repercute, al igual que
el hecho de que las parejas de divorciados no puedan contraer su segundo
matrimonio por la Iglesia.
El sacramento que mantiene
estables sus cifras es el del bautismo, ya que de 1997 a 2004, el número de
niños bautizados antes de cumplir un año ha conservado sus niveles prácticamente
intactos, aunque con leves oscilaciones. En 1997 se bautizaron 5.523 niños
menores de un año y en 2004 lo hicieron 5.477.
Fuente de información:
LaVozdeAsturias