El sector turístico afrontará
este verano con más de 68.000 plazas de alojamiento. Esto es, 2.300 más que en
2004. Hasta finales de marzo, el Sistema de Información Turística del Principado
(SITA) registraba un aumento de 2.200 plazas respecto al año pasado. A ello hay
que sumar la inauguración de dos hoteles esta misma semana en Oviedo y Avilés
con otras 144 habitaciones.
Este incremento de la oferta,
unido a la tendencia estacionaria del turismo, mantienen en tensión a los
hosteleros. Como la demanda no crece al mismo ritmo que la oferta, los hoteleros
abogan por «una especialización del mercado». Según el presidente de la Unión
Hotelera, Alberto Martínez, éste es «el gran reto» que deben afrontar. De nada
sirve adelantarse y preparase para la temporada estival si el número visitantes
es sensiblemente menor que el de las plazas. «Sólo los que den mayor calidad
podrán mantenerse en la brecha, el resto caerá», vaticina Carlos Nava,
presidente de la Federación de Asociaciones de Turismo Rural.
¿Qué pide el turista? ¿Cuáles
son sus necesidades? Estas son algunas de las preguntas que, a juicio de
Martínez, «deben ser contestadas». «Gastar tiempo e inteligencia» en estas
cuestiones es prioritario para analizar el futuro de un sector, que debe dar
cabida a un creciente número de empresarios y afrontar otros problemas como el
índice de precios, a la baja por la fractura entre la demanda y la oferta.
A falta de respuestas
fidedignas, hoy en día es crucial que los hosteleros «se posicionen de manera
diferente y abran nuevas pautas de mercado». Mirar hacia otras latitudes y «no
estar embebidos en el turismo nacional» representa una de las posibles salidas.
Para ello, Martínez exigió «una labor de marketing intensa» tanto del sector
público como del privado. El Gobierno regional debe, en este caso, abordar un
plan de promoción específico sobre Asturias «como destino» y los empresarios
otro relativo a la comercialización.
Con el objeto de no dar palos
de ciego y «tener la certeza de que estamos haciendo las cosas bien», el
presidente de la Federación de Asociaciones de Turismo Rural exigió a la
Administración la elaboración de un «estudio de mercado que analice la capacidad
de carga de la región». «Actualmente no sabemos a qué atenernos. Según vienen
las cosas, vamos parcheando», criticó Carlos Nava.
Alfredo García Quintana,
presidente de Hostelería de Asturias, opina que la tendencia del Principado es
similar a la de otras regiones de España, donde la demanda crece «a un ritmo
inferior». Lo que habría que evaluar, dijo, es el crecimiento de la oferta «en
función de las localidades y el subsector en cuestión».
Auge rural
Los alojamientos de turismo
rural son los que mayor crecimiento han experimentado en el último año. Tal y
como recoge el SITA, el número de plazas a 31 de marzo de 2004 ascendía a 4.877
y un año después suman 6.051. Nava reconoció que el 'boom' del turismo rural
sigue siendo una realidad, pero alertó de que el desequilibrio con la demanda
puede resquebrajar muchos negocios en un futuro. Máxime cuando «sólo hay
afluencia de visitantes 60 días al año» y «luego hay que sobrevivir otros diez
meses».
Los establecimientos hoteleros
son los segundos de la lista. En el último año se han creado 675 plazas más para
afrontar un verano que el sector augura que será bueno después de la elevada
afluencia de turistas en el pasado puente de mayo.
La Unión Hotelera no dispone
aún de los datos oficiales relativos a la ocupación del pasado puente festivo.
Sin embargo, según fuentes consultadas, los niveles de ocupación «superaron» a
los del pasado año. En 2004, Oviedo registró casi un 70% de ocupación, Gijón un
54%, el Oriente un 91% y el Occidente un 38%. Cifras que contrastan con las
recogidas este año por las casas rurales, que han tenido sólo un 10% de las
habitaciones libres durante el dos de las cuatro noches. Pero hay una
explicación. En 2004 sólo disfrutaron de puente los madrileños. En esta ocasión
no ha sido así. Por eso, las reservas en la región se multiplicaron.
Fuente de información:
ElComercioDigital