El plan de soterramiento de 
vías de Gijón permitirá la llegada a Viesques y a todas las paradas urbanas del 
metrotrén de los trenes de cercanías de Renfe, además de dejar abierta la 
posibilidad técnica de que las vías que se instalen tengan capacidad para 
permitir la circulación de trenes de ancho ibérico y de ancho europeo. Eso 
permitiría también la llegada de convoyes de velocidad alta o de 'altas 
prestaciones' como ahora los denomina Renfe. 
    La explicación práctica es que 
los usuarios de los 80 trenes diarios de Renfe-cercanías que salen desde Gijón o 
llegan a la ciudad con frecuencias que en las horas punta llegan a ser de quince 
minutos, podrán acceder a ese servicio desde cualquiera de las estaciones 
urbanas. Si se decide también el uso mixto de la doble vía soterrada bajo el 
casco urbano de Gijón, esta facilidad de penetrar hasta el casco urbano se daría 
también para los viajeros que usen los servicios de largo recorrido sin 
necesidad de hacer trasbordo en la estación intermodal. Dicho de otra forma, los 
únicos trenes que no llegarían hasta el final del túnel serían los de Feve. 
Porque, hasta los de largo recorrido podrían llegar hasta Viesques gracias a un 
intercambiador. 
Fuentes cercanas al proyecto 
han señalado que el Ministerio de Fomento está elaborando ya el proyecto técnico 
del soterramiento en el que se baraja esta solución para los accesos. A la vez, 
se trabaja en un plan para la simplificación del proyecto de estación 
intermodal. La idea es reducir las plantas de tres a dos con el fin de rebajar 
los costes, por una parte, y de minimizar el impacto visual exterior de la 
cubierta de la estación. Por lo que se refiere a la inversión, el proyecto que 
se barajaba hasta ahora prevé un gasto de más de 16,7 millones de euros, una 
cantidad que supera en 1,5 veces la construcción de una estación de autobuses 
separada de las terminales ferroviarias. Este coste se considera excesivo y se 
quiere recortar como sea. 
El plan que se baraja es 
mantener a una cota de 27 metros de profundidad la vía que conecta con el 
metrotrén. No podría ser de otra manera, ya que el trazado del metrotrén que ya 
está en obras así lo marca. Cuando la obra termine tras superar todas las 
incertidumbres actuales y la paralización de los trabajos, la tuneladora 
desembocará en el Humedal a esta profundidad y con un túnel de siete metros de 
gálibo. Si se decide hacer la nueva estación, en la planta superior se 
unificarán las terminales de Feve, Renfe y la estación de autobuses. Los 
ferrocarriles de vía estrecha tendrán dos vías a su disposición, cuatro los de 
largo recorrido y habría también unas 18 dársenas para las empresas de 
transporte de viajeros por carretera. Lo que no se deja claro por ahora es si se 
descarta completar la oferta de la estación intermodal con un aparcamiento 
subterráneo para coches como se había señalado en los diseños presentados en 
noviembre del año pasado. 
Una cúpula de cristal 
En caso de decidirse este 
diseño de estación intermodal aún más compacto, otro de los cambios sería el 
diseño exterior de la terminal. Se trabaja con la idea de que desde la calle 
sólo se vea una cúpula de cristal que serviría de acceso a las instalaciones 
comunes de la estación (taquillas, facturación y salas de espera), además de 
propiciar la iluminación directa del interior con luz natural. 
Hay dos modelos de estaciones 
en los que ya se han practicado estas soluciones estéticas. Una es la de 
Príncipe Pío, en Madrid, y otra la del proyecto del intercambiador de San Mamés, 
en Bilbao.
Fuente de información: 
ElComercioDigital